La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En términos del interés colectivo, botar al mirrey es legítima defensa
La intención de Dante Delgado, de llevar a Roberto Palazuelos como candidato a gobernador de Quintana Roo, quedó en suspenso, después de que se propagó una entrevista en la que el llamado ‘diamante negro’ relata que, en legítima defensa junto con su escolta, habían matado a dos asaltantes, hechos ocurridos en 2001.
Suponiendo que el histrión y su guardaespaldas actuaron en defensa propia, lo cuestionable es que, durante la plática con el comediante Jordi Rosado, Palazuelos celebra el homicidio como si se tratara de una gracejada: ¡matamos al gordo!, afirma con tremendo desparpajo.
Narra el periódico Reforma que, cuando fue detenido, un ministerial le dijo “que tenía un “problema muy grave”. A ello, el también actor respondió: “¿Por qué problema grave? Fue legítima defensa. Tengo portación de arma. ¿Ya viste quién firma? (Su permiso de portación) El secretario de Defensa, papá”.
En este contexto, dos son las razones, por las que Movimiento Ciudadano, tiene el deber de cancelar la candidatura del susodicho.
La primera, es la frivolidad con la que asume el suceso y la segunda, la prepotencia con la que busca evadir la ley, al presumir que su permiso lo firma el secretario de la Defensa.
Sí con el poder de sus cuentas bancarias y la posibilidad de acceder a los medios, Palazuelos es un hombre, a sus 55 años, ‘mareado’ ¿lo imaginan como gobernador?
Sin duda, al descartarlo, Dante puede perder una buena cantidad de votos, pero, si lo apoya, otros proyectos de mayor alcance se verían afectados, como el Movimiento por la Justicia en Veracruz. Tiene la palabra señor Senador.