* La revelación de los ingresos anuales del ex conductor de Televisa en una de las mañaneras del Presidente, es considerada una ilegal filtración de datos personales y, a decir de muchos, un exceso del poder en contra de un particular, pero también pone el dedo en la llaga en una terrible realidad que agobia a miles de periodistas en el país: los bajos salarios que no corresponden a un oficio de alta peligrosidad donde ya es cosa común el asesinato de comunicadores de a pie en todo el país. Este desencuentro que ya ha traspasado las fronteras, muestra los privilegios de que siguen gozando contados periodistas y familiares de los políticos en turno
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Al presidente Andrés Manuel López Obrador —a juzgar por su semblante— le pareció muy gracioso, quizá muy agudo, “un gran golpe”, de difundir en “la mañanera” los supuestos ingresos personales del periodista Carlos Loret de Mola.
Tal vez al primer mandatario le parece que es un “privilegio del ejecutivo” (como se dice en el argot político de USA) violar la ley y la Constitución, cuando se trata de golpear públicamente a un personaje que le irrita con su actuación profesional, aunque eso exponga al blanco de las venganzas presidenciales a un inminente peligro a su integridad personal, ya no se diga al golpeteo de las “porras palaciegas”.
Al dar a conocer datos —que no aclaró si provienen del SAT directamente u otra fuente oficial— de los ingresos de Loret de Mola, implícitamente el periodista quedó expuesto a la delincuencia que azota al país, de norte a sur y de este oeste, y que recibe abrazos y apapachos desde la sede del gobierno.
A continuación, una lista preliminar de las violaciones legales en que incurrió el presidente, a reserva de que algunos jurisconsultos agreguen las que consideren necesarias.
– Artículo 16 Constitucional.
– Artículo 57 de la Ley de Responsabilidades de los Funcionarios Públicos.
– Artículo 69 del Código Fiscal de la Federación.
– Artículo 6 de la Ley de Protección de Datos Personales.
Si acaso las cifras mencionadas por el presidente son exactas ¿De dónde las obtuvo? ¿Del SAT? ¿Luego entonces, al pedirlas a la directora de ese órgano gubernamental, le prometió impunidad?
¿A la Consejería Jurídica de la Presidencia?
Difícil conjeturar que pudo ser el INAI, toda vez que, de acuerdo con sus deslices —que serían inauditos si no fuesen tan frecuentes— discursivos, ya que precisamente, en la “mañanera” del día anterior al “balconeo” dijo con todo desparpajo: “Ya le pedí los datos al INAI, pero no me contesta… y eso, no obstante, el poco trabajo que tienen…”
PERO… LO DE LA “CASA GRIS” DE HOUSTON AHÍ SIGUE
Mucho se había mencionado, en estos tres años del sexenio, de “la gran capacidad” de López Obrador para difuminar temas que le molestan y/o le exhiben de cuerpo entero. Para cada golpe tenía siempre un contra-ataque que le permitía “matar” el tema molesto por varias semanas.
Ahora, según evidencias, su capacidad para borrar de la opinión pública cada trapito sacado al sol ha comenzado a menguar, porque el tema de la “Casa Gris” de Houston sigue vigente, pero sobre todo, a diferencia de otros escándalos familiares (Pío, Martinazo, la tía… etcétera) éste ha dado, literalmente, la vuelta al mundo.
La difusión de los videos provocó tal entripado en el humor presidencial que, de hecho, el viernes siguiente de la publicación, contra su costumbre, optó por un ejercicio para él extraordinariamente difícil: ¡Guardó silencio!
Pero 48 horas después, el lunes siguiente, comenzó su bombardeo. A mediados de semana reveló su “estrategia” al pedir al aire en la “mañanera” que Loret revelase sus ingresos personales. ¿Qué luz podría aportar eso al asunto de la “Casa Gris”? Nada, pero…
Y el viernes 11 nos salió con que ya tenía los datos: ¡Los ingresos de Loret!
¿Y eso qué? Han dicho en decenas de comentarios televisivos y radiofónicos, pero reproducidos por millones en las redes sociales.
Porque “la magia de prestidigitación verbal” de AMLO ya muestra desgaste.
Queda claro, pues, que a Don López le han mojado la pólvora a sus excesos mesiánicos.
Si Loret de Mola tiene, supuestamente, ingresos por 35 millones de pesos al año, ya será su obligación demostrar si paga o no sus impuestos y explicar el por qué mientras hay miles de periodistas en el país con sueldos de hambre y que son asesinados a mansalva a diario, hay excepciones de tal magnitud.
Los dueños de los consorcios de la comunicación deben una amplia explicación a la sociedad del país para que se conozca el por qué, a un columnista le pueden pagar miles de pesos al mes cuando los sueldos de sus reporteros y personal de redacción, difícilmente rebasan los 15 mil pesos mensuales. Y eso los mejor pagados.
Tanto el protagonismo y el golpeteo del presidente, como el estado de los “privilegios” salariales de Loret, muestran las vergonzantes antípodas de un régimen que sigue sin hacer justicia tanto en lo penal como en lo laboral, a los comunicadores de a pie.