Epistolario
Por Armando Rojas Arévalo
GERARDO, el presidente dice con relación a los asesinatos de periodistas, que no son crímenes de estado. Efectivamente. El Estado -forma de organización política que tiene poder administrativo y soberano sobre una determinada zona geográfica- no los ha mandado matar, pero sí, al defenestrar sistemáticamente tanto a medios como a periodistas ha incitado al odio contra quienes ejercemos la profesión de investigar, informar, opinar y publicar sobre hechos y expresiones de la sociedad, y ha provocado la formación de una corriente sicaria que acude al ajuste de cuentas aprovechando el clima de impunidad.
Sí, efectivamente, el presidente no ha ordenado asesinar periodistas, pero ha alentado el repudio y la persecución contra quienes ejercemos la noble tarea de informar a la sociedad. Que no nos venga con el cuento de que “no hay crímenes de estado” y que a los periodistas no se les toca ni con el pétalo de una rosa. Esas son, disculpa la expresión, vaciladas, por no decir la palabra común que usan mucho los jóvenes para calificar a las tonterías.
El gobierno emanado de este sistema democrático que los mexicanos esperamos sea por mucho tiempo, no permite la crítica. Quienes la hacen son enemigos, “conservadores”, “neoliberales”, “golpistas”, etcétera. No hay día que el presidente no arroje piedras a la ventana de la libertad de expresión. Lo peor del caso es que hay quienes, en agradecimiento a la pensión por persona mayor o a la beca “construyendo el futuro”, lo aplauden insensatamente. Es fanatismo.
Puede ser que el ejercicio de la libertad de expresión -que no ha sido logro de este gobierno ni de sus antecesores, sino de luchas ideológicas y políticas que vienen desde la época de HIDALGO, al que el presidente admira tanto, y se consolidaron en la Reforma con JUÁREZ, a quien dice idolatrar- dé lugar a equívocos o errores en la opinión, pero en una sociedad plural y democrática es natural, se valen.
El filósofo francés VOLTAIRE (François-Marie Arouet era su nombre), crítico feroz de todo lo que consideraba equivocado, insistió en que la justicia y las oportunidades debían ser iguales para todos y que la razón y el conocimiento científico debían sustituir a la arbitrariedad y la superstición, proclamaba el respeto a las críticas y a las opiniones aunque fueran adversas.
Más de 30 asesinatos de periodistas se han consumado en el período de este gobierno, y sólo en 70 días de este año ocho han sido ejecutados. Van nombres, fechas uy lugares:
JOSÉ LUIS GAMBOA, el 16 de enero, en Veracruz.
MARGARITO MARTÍNEZ, 17 de enero en Tijuana.
LOURDES MALDONA el 23 de enero en Tijuana.
ROBERTO TOLEDO el 31 de enero en Zitácuaro.
HÉBER LÓPEZ CRUZ el 11 de febrero en Salina Cruz, Oaxaca.
JORGE CAMERO ZAZUETA el 25 de febrero en Empalme, Sonora.
JUAN CARLOS MUÑIZ el 4 de marzo en Fresnillo, Zacatecas.
ARMANDO LINARES el 15 de marzo en Zitácuaro.
Quienes creen que matando periodistas van a acabar con el periodismo libre, se equivocan. Lo que han provocado es que por el peligro y los avatares, cada vez más miles de jóvenes decidan tomar las armas de la palabra hablada y escrita, de por sí peligrosa pero audaz y valiente, y va a estar –disculpen- cabrón que la exterminen.
El periodismo decía GACÍA MÁRQUEZ, “es pasión insaciable”.
Los periodistas formamos el bando de los buenos que, como hongos nos multiplicamos con la sangre de nuestros hermanos asesinados. ¡No nos van a acabar!
Claro, en esta viña del Señor hay de todo. Mucho renegado. Como La Chimoltrufia, así como una cosa digo otra. Periodistas como en cualquier profesión que le dan la espalda a sus orígenes y se convierten en verdugos de sus compañeros. Por ejemplo, la SANJUANA MARTÍNEZ, presuntamente especialista en los temas de derechos humanos, violencia de género y crimen organizado, se convirtió al llegar a la dirección de NOTIMEX, la agencia oficial del estado, en implacable e insensible verdugo de los periodistas que ahí laboraban. Quiso congraciarse con el que le dio la chamba y el sueldo corriendo a más de cien padres de familia que trabajaban en la empresa, sin importarle su antigüedad y derechos. Como consecuencia, Notimex lleva ya dos años en huelga y todo indica que el presidente le ha dicho a SANJUANA “no te preocupes, se van a cansar”.
También el caso de NÉSTOR MARTÍNEZ y RODOLFO GONZÁLEZ, de origen reporteros, que han convertido las oficinas de información de la UNAM en pasillos del infierno laboral, en los que los descalificativos de “incompetentes y pendejos” en contra de trabajadores bajo sus órdenes están la orden del día. Hay testimonios de ello, como el de CRISTÓBAL LÓPEZ YAÑEZ, quien hizo una protesta frente a la Torre la de Rectoría por tratos crueles e inhumanos, acoso, hostigamiento y violencia laboral de parte de NÉSTOS MARTÍNEZ Y RODOLFO GONZÁLEZ. El trabajador renunció a su empleo tras 18 años de antigüedad laboral, por los abusos denunciados.
MIENTRAS TANTO, EN los pasillos de la Cancillería mexicana sigue hablándose del gran talante del que goza EDUARDO VILLEGAS en los ámbitos de la intelectualidad oficial. VILLEGAS, cuyo nombramiento como embajador de México en Rusia se encuentra en el proceso de “aprobación” (puro trámite), fue miembro destacado de la comitiva que acompañó a la señora BEATRÍZ GUTIÉRREZ MULLER en su reciente visita oficial a Argentina y Chile, como consejera presidenta de la Coordinación de la Memoria Histórica y Cultural de México, en la que VILLEGAS tiene, por cierto, el cargo de “coordinador”. Ojalá no venga con el cuento de que con tangos se hace la política exterior de México.
P.D. Morelos se convirtió ya en “paraíso” de la muerte. ¡Doce personas han sido ejecutadas en las últimas 24 horas! Ahora sí que, “gobierno de la patada”.
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