* El intérprete de medio pelo, que en política solo ha hecho el ridículo, trata de llamar la atención atacando al candidato de Morena, Julio Menchaca, pensando que con esto podrá suplir su inexistente liderazgo social y crecer un poco en las encuestas; tanto Dante Delgado y figuras nacionales de Movimiento Ciudadano como Luis Donaldo Colosio Riojas, aceptaron su invitación para estar presentes en su gris inicio de campaña
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Unos minutos después de las 00:00 del domingo tres de abril, la trompeta desafinada de un conjunto de mariachis lastimó los oídos de los vecinos. Era el patético comienzo de la “campaña” electoral del candidato de Movimiento Ciudadano, Francisco Xavier Berganza, a gobernador.
Además de los músicos, le acompañaban dos o tres colaboradores (todos con sueldo) y nadie más. No se apareció por ahí el líder nacional del partido, Dante Delgado, ni mucho menos, el ya muy aclamado alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, como lo habían anunciado, con mucha desfachatez, muchos de sus alfiles.
Un prominente político de Estados Unidos dijo alguna vez: “Politics make extrange bedfellows” (La política hace compartir la cama con extraños). Pero el caso de Francisco Xavier Berganza sobrepasa toda sensación de extrañeza, con su postulación por Movimiento Ciudadano, decidido por, seguramente, su “sagaz” dirigente político del país, Dante Delgado.
El caso es que, entre las múltiples tropelías, desvergüenzas y pillerías sin cuento del ex cantante, se encuentra aquella candidatura por coalición PRD-PT-Convergencia a senador en 2006. Petistas y perredistas se oponían en principio, por el antecedente de 1999, cuando Berganza reventó el proyecto de alianza para la gubernatura y fue candidato del PAN.
Pero, todo indica que Dante recurrió a AMLO para doblegar las reticencias en cuanto al proyecto y Berganza fue candidato con José Guadarrama en la fórmula para el Senado. Ambos rindieron protesta como candidatos.
¿Y qué sucedió? Pues que… Berganza la hizo de nuevo, y mucho peor: ¡desapareció! Nunca hizo acto de presencia en ningún momento de la campaña. El caso fue que nunca dijo a sus patrocinadores que tenía pendiente una acusación… por violación de una mujer. Así pues, en el momento mismo en que fue postulado candidato, un juez libró orden de aprehensión en su contra.
Era cosa de ver qué cara puso Dante frente a las dirigencias perredistas y petistas.
La suerte política del ex cantante es digna de un guion de telenovela barata, porque el “realismo mágico” puesto de moda por García Márquez, le queda grande.
Desprestigiado en extremo y rechazado por todos los partidos, de pronto entró en escena… ¡Morena! Mario Delgado, en una más de sus decisiones, digamos, pantagruélicas, le hizo candidato plurinominal a diputado local. No solo eso: resultó coordinador del grupo parlamentario.
Con esa plataforma, Francisco Xavier se dispuso a pelear por la nominación a gobernador. Pero para entonces, para comenzar, su patrocinador, Mario Delgado ya cargaba con múltiples broncas por pifias cometidas en los últimos tres años, ya no disponía de cartuchos para quemar en Francisco Xavier.
¿Y qué pasó? Algo que ya no sería tema del análisis político sino de la psicología social: Dante Delgado, el político más sutil de los últimos 40 años, decidió entregarle en bandeja de plata la candidatura por Movimiento Ciudadano.
Así las cosas, en Hidalgo se presenta un panorama surrealista: Francisco Xavier Berganza, diputado de Morena con licencia, ataca de forma soez a Julio Menchaca, senador de Morena con licencia.
El candidato de Movimiento Ciudadano ahora encuentra muchos defectos en el candidato de Morena a la gubernatura, no obstante que meses atrás, trabajaban juntos, cada quién desde su respectiva trinchera legislativa, para sacar adelante los proyectos legislativos de Morena.
Julio Menchaca resultó candidato en un proceso interno dificultoso y conflictivo y solo cuando la dirigencia se dedicó al análisis meticuloso de las trayectorias de todos los aspirantes, fue que Menchaca mostró las mejores calificaciones.
Lo ridículo es que Berganza acusa a su rival (es un decir: Francisco Xavier no alcanza el nivel de rival) de “ex priista”.
Es de carcajada en boca de un saltimbanqui de oficio. Como lo hemos dicho en este espacio en repetidas ocasiones, Berganza ha transitado alegremente de la mojigatería panista, al populismo perredista, al oportunismo emecista, al corporativismo panalista, al mesianismo morenista.
Una trayectoria muy difícil de igualar, y ya es decir.
Por cierto, entre lo más destacado de programa de gobierno, resalta un detalle que, según parece, está inspirado en un poeta mediocre de la Grecia Clásica, quien, frustrado ante la evidencia que su memoria no pasaría a la posteridad, decidió quemar el magnífico Templo de Diana en Éfeso, clasificado por Eróstrato como una de las Siete Maravillas del mundo helénico.
Pues sucede que Francisco Xavier “promete” a sus hipotéticos (muy hipotéticos) electores, que “cuando gane las elecciones, lo primero que haré es derrumbar el Palacio de Gobierno”. (Muy típica del candidato).