Héctor Calderón Hallal
El suscrito irremediablemente vuelve a antologar a su sacrosanta abuela, que en Gloria esté quien, con palabras llanas y ejemplos que arrastraban, le enseñó entre tantas cosas y mucho antes de escuchársela a Facundo Cabral, ‘la sátira de los pendejos’ y su inevitable aplicación en la vida diaria:
“Mira mijito: En la vida sólo hay que tenerle miedo a los pendejos… porque son muchos y no hay forma de defenderse uno solo de tantos; para cada cabrón que madruga, siempre hay un pendejo que no durmió y esperó para agandallar sin el mínimo esfuerzo; hay unos que corretean la liebre toda su vida mi Peque y otros que sin correr la alcanzan”… y vaya que tenía razón; y como completó Cabral en su parodia “al ser mayoría, en una de esas y hasta ponen Presidente”.
Que aunque no es el caso que nos ocupa, nos es imposible evitar referirnos a la peligrosidad de los ‘pendejos con iniciativa’, para ilustrar el tópico neurálgico de esta entrega.
Un ‘pendejo entrañable’, amigo innegable de toda la vida, me localizó por la tarde a través del whatsapp, extasiado por el ‘gran éxito’ que había tenido para la 4 T y su partido, la famosa Consulta de Revocación, con sus más de 15 millones de votos a favor de López Obrador… ‘para que se quede’.
Algo que ya estaba ‘por demás visto’; una consulta hecha hasta para ensalzar el ego personal del gobernante; con fines publicitarios y sin consistencia alguna al momento de justificar el enorme gasto que se hizo.
Puedo entender el júbilo de mi amigo porque entre otras cosas y al quedar desempleado, luego de más de 10 años de ser un eficiente servidor público, calificado y profesionalmente certificado, al entrar el nuevo gobierno federal en 2018, lo dio de baja sin ninguna justificación para darle su plaza de cierta jerarquía en términos salariales y asignársela al hijo de un nuevo jefecillo de la 4 T, que del tema jurídico no sabía nada absolutamente pero, a fin de que instruyera a su hijo y no hiciera escándalo, le asignó vía intérpositas, una plaza de ‘Servidor de la Nación’, por la mitad del sueldo que percibía y haciendo labores de ‘cambaceo’… casa por casa; así que ahora defiende la camiseta con fervor.
“Pero, ¿a cuál éxito te refieres Maestro?”, le repuso el suscrito por el chat a su amigo que, desde la narrativa cantada de Cabral, por ser burocráta ahora es… ‘oficialmente pendejo’… y hasta tuvo que hablarle en su misma lógica: “¡Si soy pendejo de hace muchos años… no de ahora!… ¿Qué me vas a decir a mí?”.
“¿A qué éxito te puedes referir?… cuando rebasaron con muy poco, el nivel de participación tratando de juntar las firmas para justificar legalmente este ejercicio, con 11 millones de firmantes contra los poco más de 15 que lograron ahora; poco más de 4 millones de gentes no son nada, para el nivel de dispendio que se hizo en los estados y aquí en la capital de la República por la Jefa de Gobierno”.
A lo que habría sumar el enorme despliegue financiero hecho para contratar espectaculares por todos los rincones de las grandes metrópolis, carreteras, autopistas, aeropuertos, mercados, rancherías, playas y colonias populares de este país, con la imagen del presidente ‘autopromoviéndose’.
Más el evidente derroche de recursos públicos y medios oficiales para trasladarse a los diferentes estados y municipios, a promocionar la consulta y de paso, hacer proselitismo en favor del Presidente de la República y para que se acudiera a votar en ese ejercicio, por parte de funcionarios de primer nivel de la administración como los titulares de la Segob, la GN y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal, que en teoría deben traer un ‘gran problema’ ahorita por lo que pasa en Michoacán, en Colima, en Guanajuato, en Quintana Roo y Tamaulipas, entre otras entidades asoladas por el crimen organizado.
No hay que ir muy lejos para reflexionar: de ese total de participación, estimado en 17,053,309 de ciudadanos (es el rango máximo estimado según el conteo rápido)… ¿Cuántos en realidad acudieron a votar por sus propios medios?.
¿Cuántos fueron movilizados por su voluntad?.
Y… ¿Cuántos fueron llevados bajo amenaza?.
Son francamente deplorables las imágenes en algunas entidades donde históricamente influye el narcotráfico y deliberadamente convive con las estructuras del poder formal, legalmente establecido, donde de nuevo volvió a intervenir en el proceso de socialización, amenaza o ‘persuación’ y traslado, a los eventuales vortantes durante esta ‘consulta’, la mañana de este domingo.
Hay imágenes, hay vídeos, hay testimoniales pero, además, está en varios casos la acción deliberada de los gobernadores y algunos alcaldes que, supuestamente de la violación a la norma vigente, como una especie de confesión involuntaria, salieron declarando ante los medios que invitaban a la población a participar en la consulta, pero sobre todo “a apoyar al presidente y a votar por su permanencia en el cargo para hacer realidad la Cuarta Transformación”.
¿Desde cuándo no se veía esto en este país?… Desde los tiempos de esa ‘Guerra Sucia’ de los sesentas y setentas, de la que tanto se ‘hacen de la boca chiquita‘ y reniegan ahora estos nuevos padres de la patria, otrora paladines de la justicia en fachadas y bardas; guerreros del grafiti y los ‘chacos’… prófugos de la ‘mostaza’ y la moral pública.
Desde los tiempos, hay que decirlo con todas sus letras, de gobiernos de ‘partido único’… de cuando no había democracia en este país.
Ahora estos ‘redentores de la vida pública mexicana’, resultaron peores que los ‘santones autoritarios priístas’ de aquellas épocas.
Pero el presidente y sus correligionarios se engañan solos. Hoy ‘celebran’ y esta mañana de lunes 11 de abril, seguramente López Obrador saldrá en la mañanera con una ‘frescura’ que rayará en el cinismo… muy orondo y orgulloso, tratando de celebrar su pírrico triunfo.
Sobre todo, tratando de ocultar su notable descenso como movimiento con presencia en la boleta electoral.
Morena trae una picada franca, evidente desde el 2018.
Y eso es producto de un gobierno ineficiente en todos los órdenes; que no presenta rersultados. Pero sobre todo, de un gobierno selectivo, que solo atiende a su piso social o electoral; a sus 30 o 40 millones de votos cautivos con los que pretende eternizarse en el poder y fundar una nueva era de monopartidismo y de dictadura.
Veamos:
AMLO en 2018, sin gobernadores ni -hipotéticamente- narcooperadores y sin ser gobierno, obtuvo 30 millones 113,483 votos.
En 2021, Morena obtuvo 16 millones 759,917 votos; con la suma de los votos del PVEM, 2 millones 670,997 y del PT, 1 millón 594,828… lo que dio una sumatoria de 21 millones 025,742 votos en total.
Ahora en el 2022, ayer para ser precisos, con un rango máximo previsto por el INE, obtuvo supuestamente 17 millones 053,309.
Lo que significa una disminución aproximada en su intención del voto en el lapso de 2018 a 2021 del 30%.
De 2021 a 2022, una disminución aproximada del 19%.
Y de 2018 a 2022, en términos aproximados, una disminución de 43%.
Así que no se engañe, señor Presidente. Este resultado de la Consulta no es un triunfo… por mucho. Es, por el contrario, una sonora derrota a sus pretensiones emboscadas de ‘Maximato’.
Y no pretenda responsabilizar al INE y a sus dos principales consejeros, porque si hay alguien que responda por el excelente desarrollo operativo, armónico y en paz social, fue gracias a los protocolos y al diseño técnico de ese órgano electorsal, a quien debería las gracias, por el profesionalismo y la imparcialidad de nuevo observada en uno más de sus procesos por este organizado.
Y no soslaye el lector, esta importante observación:
El pueblo, últimadamente, somos todos los demás… de un padrón de 94 millones de electores, menos sus 15 o 16 millones de Morena (AMLO) obtenidos ayer, somos -muy seguramente- muchas decenas de millones de ciudadanos, menos de 88 millones, seguramente… pero más de 40 millones de votantes, también de seguro.
De ninguna manera, somos una “minoría rapaz”.
El pueblo, también somos esa otra gran mitad de mexicanos que ha permanecido al margen de los beneficios de su gobierno; que hemos sido más que ofendidos y señalados… relegados y marginados.
El pueblo no es él, ni son los gobernantes, ni los burócratas, ni los porristas ni panegíricos de la 4 T.
El pueblo… también somos los aspiracionistas y clasemedieros a los que ha ofendido e ignorado.
El pueblo, en realidad, somos nosotros.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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