Horizonte de los eventos.
Continúo mi reflexión. Confirmaré el grave ambiente inquisitorial que reina. El desacato sin pudor al mandato que protestaron cumplir y hacer cumplir la Constitución.
Pletórico de amenazas que fomentan la vejación física y moral de quienes, teniendo derecho a disentir, son amedrentados y denostados, sin manifestarse o aún, haciéndolo por omisión, como en el caso de los abstencionistas de la Consulta del domingo.
Conviene señalar que el 21 de julio del 2021, menos de un año, señalé con toda precisión, que la violación sistemática del presidente, a su obligación de no hacer difusión de la obra de gobierno y que mucho más temerario, hizo diariamente campaña a favor de sus candidatos.
Aquel momento, no sólo negó que fueran actos ilícitos y penales, sino que criticó a las autoridades que observaron tales faltas de los entonces candidatos.
Advertí que el comportamiento del Ejecutivo alentó la falta de respeto a la “tregua electoral” que mandata la Constitución y toda cortesía política de consenso mundial, por parte del partido en el Poder y que sentaba un precedente que no podría, sino repetirse ¡Y creció!
Un año después, sus colaboradores del Gabinete y militares, se sumaron a la violentación delincuencial a la Constitución, hasta cometer delitos electorales graves -sin derecho a fianza-, sin indagatoria abierta hasta ahora, pese a lo espurio público.
Es previsible un escándalo mayor en las próximas elecciones, incrementándose con ferocidad el 2023 y letales el 2024.
Preciso señalar que no es un ambiente propicio para ningún tipo de reforma. Por entender que ésta exige reflexión sana y paritaria, donde prive la razón de los argumentos. No la mayoría de voces, menos la amenaza y la fuerza del Poder Público, como amedrentan ya, sus titulares ejercer.
No obstante, presento mi consciencia, experiencia, conocimiento y participación en dos de los temas ya anunciados: Consejeros Electorales y la Representación Proporcional.
Muy posiblemente aborde una crítica a la omisión de todos los Partidos, de buscar mayor igualdad en la contienda. Que gane el debate, la solidez de las propuestas y no por la capacidad financiera de los partidos para difundirlas.
En mi columna “CONSEJEROS CIUDADANOS ELECTORALES”, publicada en este mismo espacio ¡el 9 de abril del 2021! señalé: La concepción y diseño ORIGINAL de los Consejeros Ciudadanos, remonta a marzo de 1989 y emerge como resultado del conocimiento constitucional de las familias jurídicas positivas más diversas, y entre ellas, las más desarrolladas del mundo, para 1985, relacionadas primero, con las correlativas mexicanas vigentes, Constitución y Loppe, no únicamente.
Que de las legislaciones extranjeras, incorporamos lo más compatible y enriquecedor para la realidad electoral mexicana, siempre en el sentido que de la redacción y de los bienes jurídicos que el Constituyente Revolucionario y el legislador mexicano, han pretendido tutelar, se desprende, desde nuestro primer antecedente, a lo largo de nuestra historia, hasta 1986, diciembre, que fue publicado el Código Federal Electoral.
El estudio de los antecedentes constitucionales directos, aun con discrepancia o contradicción, evidencian una línea que dibuja una tendencia: el sentido que prevalece en nuestra historia electoral y a su terminus ad quem, es a dónde debe apuntar toda reforma, en cualquier materia.
Esto se debe a que el pueblo mexicano, como cualquier nación, deja claro en su historia su naturaleza y aspiración constante, que si en épocas determinadas, “las mayorías” parecen haber cambiado de ruta, la evaluación objetiva evita la confusión y claramente establece CONSTANTES DE NUESTRA IDENTIDAD NACIONAL ELECTORAL. Por ejemplo, ningún mexicano duda, que no queremos un gobierno extranjero.
Por los largos períodos de dominación extranjera, hasta alcanzar la Independencia, pareciera no importarnos que sigan saqueando el país, con que sean connacionales nuestros gobernantes -el largo período Porfirista, por ejemplo.
Pero no es así. De tal suerte que si desde 1513, tendremos apenas 200 años de gobiernos mexicanos, con nuestra Constitución, que pudimos establecer el impedimento para que ningún extranjero sea presidente.
Norma constitucional que costó sangre de millones de mexicanos y más de 100 años de luchas contra potencias extranjeras (sacarlas e impedir que entren) y contra nosotros mismos.
Por un lado, los que queremos ser gobernados sólo por mexicanos. Y otro grupo más diverso, no necesariamente mayoritario: l expresión razonable jurídico territorial y del ius sanguini, que son mexicanos, a la vez que nacionales de otro país.
Más una multiplicidad de casos que la Constitución ha incorporado en su texto vigente: una contrarreforma histórica, que cambió el objeto tan claro por el que se luchó a muerte entre nacionales, durante la mitad de nuestra vida Independiente y que se debate todavía.
Lo cierto, es que esta reforma fue impulsada por un grupo que casi puso nombre al beneficiario: Vicente Fox -y pudo ser Carlos Hank González, Serra y qué bueno que no fue Pepe Córdoba.
En fin, es aquí donde el constituyente debió elegir un texto cerrado, garante de que seamos gobernados por mexicanos o si conviene un texto abierto, que abre la puerta a muchos compatriotas, que tuvieron que dejar el suelo patrio y que alegarían su derecho a gobernarnos mejor.
Pero que a la vez abre la posibilidad de ser gobernados por un extranjero, cero patriota y cero identidad nacional, por tecnicismos, acceda y gobierne en favor de intereses extranjeros.
De por sí, el racismo y la falta de identidad nacional, son el más grave problema para México y nuestro desarrollo.
Fenómenos actuales, cierto, producidos en entornos construidos por proyectos ideológicos, como la globalización, han venido a acelerar un proceso de integración trinacional en América del Norte, que no existía y que parece justificar dicha reforma… Que de paso se abrió a todas las nacionalidades…
No es el caso de la española de Cádiz, recientemente alcalde de París, pues la “aldea común europea”, mucho más homogénea que Norteamérica -respecto del gringo sajón, claro, no de los “hispanos”.
Este es uno de los temas primos de la materia electoral ¿Quién tiene derecho a elegir y quién, a ser elegido?
Que sirva lo anterior ejemplificativamente, cómo debe desarrollarse la reflexión científica constitucional y del por qué la necesidad de tener bien presente, primero, los antecedentes nacionales, y luego, las experiencias extranjeras para cualquier reforma, sistemática y técnico comparativamente. Y por supuesto, el cromosoma nacional, que fueron las elecciones del miércoles 6 de julio de 1988.