La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
De un lado no soltarán al tigre y del otro amarrarán al demonio
En términos prácticos, la reunión que sostuvo el gobernador Cuitláhuac García con la alcaldesa de Veracruz, Patricia Lobeira, no es la típica coordinación administrativa entre dos niveles de gobierno, sino, el acercamiento de grupos de poder antagónicos.
Por un lado, el líder de la 4T jarocha que, junto con la Sheinbaum, tiene la más rancia identidad lopezobradorista y por el otro, la señora Lobeira, que exhibe las cartas credenciales de los Yunes del estero.
Más allá del discurso, de trabajar en conjunto por el bien de los pobres, superando con ello las heridas abiertas durante pasados procesos electorales, el encuentro tiene un soterrado cálculo político y envía críptico mensaje, el tema es: ¿qué quisieron decir y a quién?
Aunque breves, las palabras del góber sabadaba fueron simbólicas: “Me da gusto que hayamos coincidido aquí con la licenciada Patricia Lobeira, porque tenía rato que no coincidíamos en el Puerto de Veracruz con las autoridades municipales; le agradezco la bienvenida, la cordialidad y la disposición, porque vamos a seguir trabajando juntos en beneficio del Puerto de Veracruz. Muchas gracias, amor con amor se paga”.
Amor con amor se paga dice el Cui, así pues, lo importante es saber de qué amor habla: ¿de apoyar en la movilización del pasado 10 de abril? ¿de información privilegiada sobre algún adversario político?
Es complicado saberlo ya mismo, el tiempo desvelará el misterio, lo cierto, es que a más de uno debió molestar, sobre manera, el evento que, quizá, sea efímero, son muchos los agravios mutuos de antaño.
No obstante, por el momento, los dos ajedrecistas movieron sus piezas no para atacarse, sino para poner en jaque a un tercero…mmmmm, interesante.