La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Sí la mejor política exterior es la interior, el entuerto se explica solo
Después de más de tres años de gobierno, el presidente López Obrador inició su primera gira internacional, de jueves a domingo visitará: Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y remata en la isla de Cuba.
En realidad, el viaje podría ser un evento para que no se diga que el mandatario no efectúa visitas al exterior, ya que, con el cubano Diaz-Canel se ha reunido dos veces en la Ciudad de México y a los mandatarios centroamericanos, los pudo convocar en Mérida o Tuxtla Gutiérrez, pero bueno, hay que romper la rutina de vez en cuando.
Quizá, salvo el caso de Nayib Bukele, los otros dos dirigentes y la presidenta de Honduras, darán un trato privilegiado al tabasqueño, tomarán nota, atentos, del ‘gran éxito’ de los programas sociales Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo Futuro, para de una vez por todas ‘acabar’ con la migración.
¡Carajo! cómo no se nos había ocurrido, dirán.
En La Habana, es probable que se vaya a macanear con Miguelito, el más acabado ejemplo de la burocracia cubana, al que le podría sugerir como tirar ‘bolas de humo’ al Tío Sam, desde luego, lo más trascendente del caso, será la fotografía con el legendario Raúl Castro Ruz, sin ello, la visita sería insustancial.
Ojalá el periplo despierte el ánimo en el Tlatoani, para que se decida a realizar recorridos por China, Japón, Australia, España, Francia, Reino Unido, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, entre otras naciones, es probable, que haya por ahí algunos temitas de interés a tratar con los gobiernos de dichos países, pero insistimos, si lleva gusto, si no, pues no.