-Victor Roccas.
Estimado lector, de antemano una sentida disculpa por ausentarme de escribir pero sinceramente opinar sobre los acontecimientos actuales parece similar a relatar el crecimiento de la mala hierba en un lote baldío cualquiera.
Con 56 millones de pobres y aumentando, con 120,000 muertes violentas y sumando, 100,000 casos de personas desaparecidas sin atisbo de resolución alguna, con una inflación imparable, con actos de encubrimiento institucional, corrupción sistemática e impunidad grosera, con un estado de rodillas ante el narco, el crimen organizado y la voluntad del gobierno de USA, con una constante publicidad desde el gobierno repitiendo incesantemente que vamos bien y que estaremos mejor pronto, muy pronto…
Sigo, y supongo moriré incluso, alarmado por la incapacidad de la ciudadanía de este pinche país para dar cuenta de cual es en esencia nuestra tragedia o martirio, y no me retracto de llamar pinche a este territorio que conformamos en conjunto con sus habitantes como pinche porque simplemente lo es, ostentamos, abanderamos, alabamos a politiquillos, dirigentes partidistas transas, líderes rastreros, servidores de lo público en aras de su propio beneficio, individuos pinches, pinches porque son incapaces de seguir el camino de la rectitud, de la grandeza de una sociedad desarrollada, justa y ética, prefieren ostentar y mantener el poder a como de lugar para continuar medrando e imponiéndose ante la indefensión de ignorantes, cobardes, vulnerados pero sobre todo esos millones de esperanzados. Son por tanto, todos, politiquillos pinches, convenencieros y ventajosos.
No he logrado divisar o advertir a un solo polítiquillo mexicano, uno solo, que beneficie íntegramente, justamente a cada ciudadano mexicano, por ende y por más publicitadas sean sus hipócritas filias con los desposeídos, ellos, los politiquillos y sus familias jamás conocerán las penurias, hambre y miseria de hoy día más de 100 millones de mexicanos.
Tener una fachada de austeridad republicana o una botarga de libertario social no convierte a ningún polítiquillo o gobernante en representante de los ciudadanos si al mismo tiempo toda su familia y cercanos se regodean en el poder, las comodidades, riqueza, boato y oportunidades prohibidas literalmente a la inmensa mayoría de mexicanos que padecen enfermedades, analfabetismo, hambre, delincuencia, violencia, explotación, desamparo, desempleo, discriminación, muerte y total incumplimiento al garantizar la mayoría de derechos constitucionales y humanos.
¿Cuántos jóvenes no anhelarían la oportunidad de viajar al extranjero para conocer, aprender y procurarse oportunidades de desarrollo y bienestar en otras culturas y sociedades? Y no solo viajar por el mundo para danzar estúpidamente frente a una alberca privada de 23 mt. en una residencia de más de un millón de dólares rentada por cientos de miles de dólares para exhibición de un nivel socio-ecónimico fuera del alcance del 99% de los mexicanos y en agravio a millones de adolescentes que tendrán como únicas oportunidades ingresar al narco, ingresar a la milicia o emigrar ilegalmente al norte arriesgando la vida…
No querido lector, creer, albergar esperanza, dispensar fe en un politiquillo hijo de puta cualesquiera ya es un despropósito monumental, pero además endiosarlos, elevarlos a la categoría de estadistas, prohombres, es francamente un signo de involución social inigualable, sobre todo con un ya historial de más de 100 años de politiquillos pinches y políticas funestas que se mantienen inalterables.
Mucho que decir, mucho que criticar, mucho por lo cual mantenerse escéptico y señalar que el rumbo de este pinche país no ha cambiado, sigue siendo el país pinche de siempre, el país de los politiquillos y la partidocracia rapaz, el país de los negocios pantagruélicos para la casta gobernante, el país de los votantes, las elecciones y el hueso, el país de la violencia y el narcotráfico, el país de los partidos políticos salvíficos y del pueblo pendejo con fe, el país bananero de millones de pobres explotados y solo decenas de multimillonarios emparentados con politiquillos explotadores y parasitarios, el país de la eterna pseudo-izquierda que actúa siempre en favor de su hermana gemela la derecha, el país de la demagogia barata y el panfleto populachero, el país de la ignorancia disfrazada de cultura pinche, historia oficial, el país pinche de las castas doradas que manipulan y dominan el anhelo popular.
Y claro que indigna, duele, atestiguar a politiquillos como la pinche alcaldesa ególatra (Alma Denisse Sánchez Barragán, de Movimiento Ciudadano) conduciendo como acto de autoreconocimiento narcisista un Lamborghini Huracán de 7 millones de pesos para presentarse a laborar como ¡servidora pública! en el recinto municipal de Moroléon, al igual que hacen con frecuencia la gran mayoría de gobernantes y sus familias en este México pinche donde la constante es presumir la riqueza como símbolo de mérito y estatus.
Otro ejemplo igualmente indignante es la elección del nuevo administrador del Acuario de Veracruz un tipejo emanado del PRD quien fue alcalde de Ciudad Mendoza, Veracruz, otro politiquillo desconocido quien al llegar a un puesto de gobierno solo atinó a tomarse fotografías recostado en ropa interior sobre una cama presumiendo cientos de billetes de mil pesos, hoy este personaje es reluciente titular de la Procuraduría de Medio Ambiente en el gobierno de MORENA, Sergio Rodríguez Cortés se hará cargo de los dineros generados por el Acuario gracias a otro nefasto politiquillo pinche como lo es Cuitlahuac Garcia gobernador de Veracruz y favorito del AMLO.. !Hágame el cabrón favor sufrido lector!
De más mencionar la corrupción, enriquecimiento, prebendas e influyentismo de hijos, parentela y favoritos del Peje que resulta ya en un ejercicio inútil y nota cansina, no porque sea mentira sino porque a razón de la obnubilación enfermiza de la feligresía de la 4T se ha convertido literalmente en una cuestión de golpeteo electoral y no en tema jurisprudencial.
Cabrones politiquillos que no tienen el menor empacho en mostrarse degustando alimentos en restaurantes de alta cocina o Gourmet todos los días sin discriminar en lo que apetecen o darse baños de pueblo degustando alimentos comunes, garnachas, tlayudas o antojitos de moda presidencial para convencer al pueblo pendejo de su cariño, amor al pueblo pobre, a lo folclórico, a ese pueblo hambreado que a veces come algo, otras nada, ese pueblo que ni agua potable bebe entretanto politiquillos y sus familias sean de izquierda, centro o derecha nos muestran sus sonrisas degustando 3 o 4 comidas diarias, merecidas porque los muy ojetes trabajan para el pueblo, faltaba más.
Así podría este escribidor llenar miles de paginas con ejemplos de la calidad y cualidad de tanto polítiquillo y gobernantes de este pinche país que durante ¡décadas! sufrimos.
Pero aceptémoslo; todo gobernante ha sido apadrinado y bendecido por la supuesta voluntad popular representada en el sufragio pinche que es totalmente manipulado por la partidocracia.
Y es justamente por lo anterior que padecemos como gobernantes, representantes, autoridades, y alta burocracia institucional a puro hijo de la chingada sin importar filiación partidista ni inclinación ideológica más que sus propios retorcidos principios.
Por ello México es un país pinche, con una democracia pinche, con politiquillos pinches avalados por multitudes de individuos pinches pero además muy pendejos.
-V.Roccas.