*De no haber acudido Andrés Manuel López Obrador a recibir la presea José Martí, y pasar 28 horas en Cuba, de ninguna manera hubiera sido posible elaborar la hipótesis del Estado cubano como garante de vida de Carlos Salinas de Gortari y, posiblemente pronto, también de AMLO
Gregorio Ortega Molina
La alegoría de los tres sobres que el presidente de la República saliente entrega al sucesor, parece adquirir visos de veracidad o, al menos, de ser considerada con cierta seriedad. Al menos de que alguien aporte otros datos.
Hay una hipótesis -repito, hipótesis, que AMLO no ponga tinta de aseveración en mi pluma- que debe elaborarse a raíz de la visita realizada por el tío Andrés Manuel el domingo 8 de mayo último, para recibir la presea José Martí y… sí, ¿y?
Recordemos que Carlos Salinas de Gortari vivió en Cuba, al menos 8 o 9 años antes de que Vicente Fox torciera la relación con Fidel Castro al espetarle: Fidel, comes y te vas.
¿Qué motivó la decisión de Salinas de Gortari -que llevó con él a Ana Paula Gerard- para vivir en la Isla? ¿Rentó casa? ¿Le fue proporcionada por el gobierno cubano? ¿Adquirió una propiedad? ¿La conserva? Y aquí la pregunta clave: ¿quiénes y cómo establecieron su servicio de seguridad? Porque todo indica que fue a encerrarse allá para conservar la vida.
No le demos vueltas, Salinas de Gortari supo que debía protegerse en contra de los asesinos, o ejecutores, que determinaron que Luis Donaldo Colosio debía morir en Lomas Taurinas y, también, de esos mismos que diseñaron la ejecución de José Francisco Ruiz Massieu al salir del hotel Casa Blanca, en la calle Lafragua. Intuyó, o le avisaron, o consideró, que para continuar viviendo requería contar con los servicios de seguridad del Estado cubano.
Para mis recursos y memoria resulta imposible determinar cuánto tiempo vivió en La Habana, y mucho menos a través de qué canales debió negociar su seguro de vida, y qué debió asegurarles a los que se la entregaron en sus manos, porque no era asunto de divisas o dólares, el tema era el único que importa en el ámbito político y de fuerza económica: el poder.
El supuesto para elaborar la hipótesis resulta lógico: ejecutan a sus dos valedores principales: Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu. El siguiente designado era él, sólo faltaba determinar tiempo, hora, lugar… las balas saldrían del mismo lugar de donde se dispararon las anteriores.
De no haber acudido Andrés Manuel López Obrador a recibir la presea José Martí, a pasar 28 horas en Cuba, de ninguna manera hubiera sido posible elaborar la hipótesis del Estado cubano como garante de vida de Carlos Salinas de Gortari y, posiblemente pronto, también de AMLO.
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