* Caro le salió al dirigente nacional del PRI, el enfrentamiento con la ex priísta, Layda Sansores, hoy gobernadora de Campeche, que se dio a la tarea de difundir audios que exhiben la baja estofa de “Alito” al expresar que a los periodistas “no se les mata a balazos, sino de hambre”, de cara a las elecciones en seis estados, la filtración es un golpe mortal al maltrecho tricolor cuya militancia tarde se da cuenta del error cometido por entronizar al campechano como líder de su agonizante partido
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
“Éramos muchos y parió la abuela”, podría ser el dicho popular más adecuado para la situación de la alianza PRI-PAN-PRD en los comicios en seis estados el próximo junio, donde Morena avanzaba seguro en cuatro y comenzó, sorprendentemente, a ganar terreno en Durango. En Hidalgo, Julio Menchaca ya había ganado terreno en las encuestas, de 41% – 29.1% hace dos meses, a 61%-32% el pasado 12 de mayo.
Visto así el asunto, no parecía necesario el golpe mortal con la grabación difundida, donde Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI, muestra un lenguaje de banqueta y plantea su “fórmula” contra los comunicadores molestos: “A los periodistas no es necesario matarlos a balazos, hay qué matarlos de hambre…”.
Empero, todo indica que la gobernadora de Campeche, Layda Sansores (a quien se atribuye por muchos medios la autoría de la “filtración”), consideró importante aportar “su granito de arena” para sellar la lápida de la alianza opositora.
¿Rechazo profundo a los priistas y panistas por el electorado? No parece. Varios de los candidatos de Morena tienen un pasado priista de decenios y hasta abolengo tricolor de familia.
La misma gobernadora de Campeche, que llegó al cargo por Morena y antes había sido alcaldesa de Álvaro Obregón en CDMX, es de una estirpe tricolor no precisamente notable por lo positivo: es hija de quien fuera cacique de horca y cuchillo: Carlos “El Negro” Sansores Pérez, quien como gobernador campechano dejó fuerte olor a azufre y con una cuantiosa fortuna, extraída de una entidad siempre hundida en la miseria. Fue presidente del PRI en tiempos de López Portillo y usó y abusó de métodos típicamente abusivos, sobre todo, en materia electoral.
¿Y de honestidad? Layda Sansores, heredó entre otras muchas cosas, una residencia de cuadra a cuadra en el Pedregal de San Ángel. Y hace años, siendo priísta, parecía compartir el punto de vista de Alito, guardadas las proporciones en eso de matar de hambre a los periodistas, o mejor dicho de sed, cuando la entrevistaban en su residencia de San Ángel, pues no les invitaba ni un vaso de agua.
Cárdenas, llamado coloquialmente “Alito” por sus allegados, dejó la gubernatura para ir a presidir el PRI en situación tan curiosa que de entrada, se difundió la sospecha de que era parte de una maniobra pactada en Palacio Nacional para ejercer una “oposición” favorable al gobierno de AMLO.
Su actuación pareció fortalecer los rumores, ya que comenzó con fricciones con gobernadores del PRI, por verdaderas fruslerías, y provocó tensiones colindantes con el rompimiento, como fue el caso, por citar un ejemplo, en Hidalgo.
La alianza opositora parece solo “tener segura” la elección en Aguascalientes, pero en Durango comenzó a perder terreno consistentemente al grado que se registra un “virtual empate” en las encuestas entre Morena y “Va por México”.
Esa fuerza electoral de Morena, a más de tres años de gobierno de la 4T, es un misterio hasta el momento insondable para los especialistas.
En las mediciones hechas por diferentes encuestadoras, el tema de la seguridad pública es el principal reclamo de los ciudadanos. Pero el hecho ya medido de que a mitad de sexenio, el número de muertos y desaparecidos en tiempos de AMLO ya duplica las cifras de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en el mismo periodo, no ha afectado al gobierno de la 4T.
Peor aún: El pronunciamiento, repetido y reforzado durante cuatro días seguidos en “las mañaneras” por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su gobierno “se protege a los criminales… porque son seres humanos”, no ha tenido mínimo efecto en el respaldo ciudadano al primer mandatario, cuando podría suponerse que habría un rechazo furioso a tamaño dicho en una nación lacerada por las tropelías de bandas criminales.
Ni siquiera el segundo día más violento en el gobierno de la 4T, con 118 ciudadanos asesinados vilmente, tuvo un mínimo efecto en el ánimo de quienes votarán en junio. Pero el presidente de la República sí envió un sentido mensaje de condolencia a Estados Unidos por las masacres recientes, incluidos 19 niños de una primaria en Texas, cosa que nunca ha hecho cuando se trata de matanzas en México.
Una encuesta del diario “Reforma”, mismo que es denostado cotidianamente en las “mañaneras” por su postura crítica, publicó una encuesta donde el presidente AMLO muestra un sorprendente repunte en su popularidad con 65 por ciento de aprobación, pero no les dio las gracias.
Así las cosas, estamos en una situación en que, si echamos mano del análisis simplista, “el pueblo bueno y sabio” castigará al priismo aliado con el PAN y PRD, al votar por candidatos de Morena surgidos del mismo repudiado PRI.
Y el país se debate en ríos de sangre, las carreteras en muchas partes del país son tan inseguras como a mediados del siglo XIX, con aquellas bandas de facinerosos que asolaban los caminos, como relata en su célebre novela don Manuel Payno, “Los bandidos de Río Frío”, cuyo jefe real era un coronel de la guardia personal del presidente Santa Anna.
Mucho peor aún: a las carreteras inseguras, se suma ahora el peligro inminente que se cierne en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde a diario se registran más de diez “incidentes” donde dos aviones están a punto de chocar en las pistas, lo mismo por ineptitud de controladores contratados al vapor y por un “rediseño” del espacio aéreo para ajustarlo a la presencia del AIFA, donde solo a base de extorsiones desde Palacio Nacional, se podrá, quizá, lograr el traslado de operaciones desde el AICM. Pero el peligro, en cualquier momento, de una tragedia, sigue presente.
Así caminamos rumbo a las elecciones en seis estados.