La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En México Leonard Zelig hubiera sido un priista más
A la hora de revisar los resultados electorales, lo que se concluye de botepronto, es que el partido triunfador fue MORENA, cuatro de seis gubernaturas para sumar 22, cuando hace un cuatrienio no gobernaban ninguna entidad.
Sin embargo, al examinar con detalle, podemos ver que al interior del partido guinda hay, al menos, dos grandes facciones, a saber: el grupo de la izquierda histórica, encabezado por Claudia Sheinbaum, y el del nacionalismo revolucionario (priistas pues), que lidera nada menos que el mero patrón, aunque otros elementos destacados son Ebrard y Monreal.
No obstante, hay otro pequeño sector de colados, como el caso de Mara Lezama, quien será la próxima gobernadora de Quintana Roo, misma que pertenece al equipo del niño verde, Jorge Emilio González, quien le allanó el camino con Alito, para que la oposición no hiciera coalición y el triunfo se le facilitara.
Pero volviendo al tema de los tricolores camuflados, aquí les dejamos estos datitos: Julio Menchaca, el ganador en Hidalgo, militó 35 años en el PRI hasta el 2015. Por su parte, el tamaulipeco Américo Villarreal, tuvo puesta la camiseta del ex partidazo durante 34 años, para cambiar de bando en 2017. En lo que toca a Marina Vitela, candidata perdedora en Durango, disfrutó una estancia de 17 años en el revolucionario institucional.
A lo anterior debemos agregar que, gobernadores ‘priistas’ como Alejandro Murat y Omar Fayad, hicieron todo lo que estuvo a su alcance para impulsar a los candidatos del lopezobradorismo, en espera de una embajada o mínimo, que no los agarren en bajada.
Esa es la realidad, un numeroso sector de liderazgos priistas con influencia, han sido cooptados por la 4T, por lo que se ha dado una fusión pactada que le permitirá a los tricolores de carne y hueso, seguir pegados a la ubre presupuestal y, también, desplazar a la verdadera izquierda.
Lo único que falta, como una suerte de consumación, es que le digan a Mario Delgado ¿por qué no te vienes a vivir a Insurgentes Norte y nos haces tuyos?, suena descabellado, pero vivimos en los tiempos de la inclusión.