Yo Campesino / Paz a la ganso
• Más clara no puede ser la estrategia: entregar seguridad y empresas a criminales
*Miguel A. Rocha Valencia*
Ahora sí, no hay duda, con la entrega de actividades legítimas y la seguridad al crimen organizado, el caudillo de Tepetitán redondea su estrategia para apaciguar al país, aunque antes de lograrlo, como vamos llegaremos a más de 150 mil asesinatos y casi la mitad del territorio nacional, sus actividades y población, bajo el imperio de la delincuencia.
Los hechos recientes y las declaraciones del propio ganso revelan cuál es el propósito o el pacto con los capos criminales: Entregarles gobiernos, posiciones legislativas, la administración de negocios lícitos como el comercio y cotos territoriales que garanticen que ahí sólo sus “chicharrones truenan”. A cambio el gobierno federal, les dará total impunidad.
Fue contundente y escalofriante la más reciente frase pronunciada desde el púlpito de Palacio Nacional: “Gracias a que hay entidades en las que domina un solo grupo criminal, no hay homicidios”. Se refirió concretamente a Sinaloa, donde los chapos son quienes mandan y administran el territorio, dan permiso para transitar y sus actividades de producción, procesamiento y distribución de estupefacientes, son intocables, incluyendo el lavado de dinero.
No pasa nada, dijo cuando le comentaron de los retenes que incluso aplicaron a periodistas durante su más reciente gira por la entidad para supervisar la carretera que construye precisamente para apoyar a la zona donde dominan los chapos.
Ahí mismo mostró su preocupación por esos pobres seres humanos a los que afirma está decidido a proteger y que hoy se verían desplazados por el fentanilo y otras sustancias sintéticas que sustituyen a los narcóticos “naturales”. “De qué van a vivir”.
Ni hablar de liberación de criminales buscados y detenidos por reclamo de Estados Unidos o de la orden a secretario de Estado para que ayuden a familiares de capos en desgracia.
A cambio, exige e insiste que a exsecretarios de seguridad los desnuden, se revelen increíbles grabaciones mal habidas o inaudibles para continuar desviando la atención y acusar a otros de lo que su incapacidad o decisión con fondo inconfesable, causa la matazón diaria en México y que diversas fuentes indican, ya suman casi 124 mil asesinatos y en la proyección a un ritmo superior a 75 diarios, podrían sumar al final del sexenio más de 150 mil donde se incluye como nunca antes, casi 35 por ciento de niños y mujeres. Lo de García Luna, es infantil.
Ante los hechos pide pruebas a periodistas, pero sus propias palabras y los hechos dan cuenta de la realidad, lo mismo en Michoacán y Guerrero donde los criminales asesinan, secuestran y amenazan para quedarse con los negocios lícitos de comercialización de pollo, aguacate, limón y otros perecederos que, además, sirven para “lavar” dinero proveniente del tráfico de personas, drogas, armas, contrabando y robado.
En Sonora, las personas no piden permiso al gobierno para buscar a sus muertos y desaparecidos, sino a los criminales, apoderados también de costas donde el tráfico inmobiliario es suyo, así como el suministro de materiales y servicios al gobierno estatales y municipales.
O Colima, Nayarit o Jalisco donde las empresas criminales garantizan reciclar “su dinero” a través del comercio de básicos, cosechas, agencias de autos –incluso usados-, restaurantes y servicios turísticos.
Igual en Chiapas donde los mercados están a merced de las mafias que asesinan y desfilan abiertamente armadas. Ni qué decir de Morelos donde asesinan a presidentes municipales, líderes sociales y el secuestro se volvió industria.
Tal vez por eso, la CIA, NSA, DEA y FBI, plantean que, ante la falta de autoridad o la colusión de ésta, incluyendo fuerzas armadas, aceleraron la batalla entre las organizaciones criminales en disputa por rutas y control territorial para las drogas y otras actividades ilícitas a partir de 2018. Tanto que en “algunos lugares” las empresas criminales en vez de empresarios tradicionales, surgen nuevos grupos ligados a la delincuencia o asociados con él para compra de protección o compartir espacios y actividades.
Con ese apapacho, los empresarios legales, serán menos, sus utilidades descenderán y con ello los ingresos tributarios, amén de que, con las balas, secuestro y amenazas, caerán inversiones, la competencia y asesinatos, se acaba la competitividad porque quien se atreve a “brincar”, seguro se “pondrá malito”.
Ya de por sí la economía continúa hundiéndose ahora que la FED aumentó sus tasas, empujará a las de Banxico y la carestía sería no sólo del dinero, sino incremento en la deuda pública y desde luego, en la inflación general que ya ronda el 10 por ciento en términos reales.
Si es el pacto o la política del machuchón de “abrazos no balazos”, estamos fritos porque quién se atreverá a quitarle el poder económico, político y territorial que hoy tiene el crimen organizado, donde ya se vio, están metidos los militares incluso en el suministro de uniformes, equipos y armas sin que se castigue a los responsables de ello. Impunidad es el juego.