Yo Campesino / Claudicó el ganso
• Mesías no acepta crítica y es incapaz de reconocer sus errores que hundieron a México
*Miguel A. Rocha Valencia*
Refinería sin capacidad de refinación, un aeropuerto costoso y sin atractivo para nadie, así como tren de dudosa utilidad que sólo destruye, son las obras del ganso para la posteridad, pero no se comparan con la devastación económica, institucional, criminal, social y en salud que heredará y tardaremos años en reparar.
De plano ya no existe posibilidad alguna y menos si el mismo machuchón no está dispuesto a reconocer sus errores, de enmendar el camino y recuperar en el último tercio de esta pesadilla sexenal algo de lo perdido y que en mucho tiene qué ver con la desconfianza y confrontación sembradas desde Palacio Nacional.
La película de terror vivida durante cuatro años inicia antes de la toma de posesión de quien prometió todo e hizo lo contrario, incluso cumplir y hacer cumplir la Constitución, a cuya responsabilidad abdicó.
La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) fue la piedra de toque. No midió el profeta de la 4T que, si iba a utilizar el presupuesto para comprar votos, necesitaría, como otros que se lo robaron, el dinero de la iniciativa privada para sustituir la inversión pública, máxime si una de sus metas era crecer por arriba del “pírrico” dos por ciento neoliberal.
No sólo fue el costo de los 600 mil millones de pesos en los cuáles se involucraron seis mil millones de dólares de la fibra E para financiar la construcción del NAIM para no incluir dineros presupuestales.
De eso aún se deben, luego de pagar el finiquito de contratos, los 200 millones de dólares anuales por los próximos 17 años y que saldrán del TUA del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el cual está muy maltratado y abandonado por la falta de mantenimiento lo mismo a pistas que a los edificios de las dos terminales, donde hasta los baños están peor que los de la Central de Abasto. Da tristeza ver cómo lo están dejando “caer” para favorecer al AIFA.
Lo peor de todo es que con esa cancelación, se causaron pérdidas en la Bolsa de Valores, depreciación del peso, huida de inversión privada calculada en 700 mil millones de pesos en infraestructura aeroportuaria incluyendo hotelería, restaurantes, estacionamientos y rehabilitación de vías de comunicación.
Más allá de la inviabilidad de la operación simultánea del AIFA y el AICM que en todo caso sería intercalada, así como la incosteabilidad, incomunicación y lejanía de la terminal de Zumpango, la cancelación del NAIM espantó la posibilidad de nuevas inversiones. Los extranjeros según el Bank of America decidieron no acercarse a México por la “inestabilidad de las políticas de su presidente”. Es decir, la encuesta levantada por esa institución entre los 100 principales inversionistas del mundo, señaló directamente al ganso como responsable de la incertidumbre.
Cuestionaron la estabilidad a las reglas establecidas, mismas que luego fueron cambiadas en materia de energía y se ajustaron a los criterios unipersonales del caudillo quien exigió a sus secuaces disfrazados de legisladores, lealtad a “ciegas” y no cambiar ni una coma a sus mandatos para ajustar la ley a sus caprichos. Ese fue otro error grave ¿Quién podría confiar en él?
Para colmo los inversionistas nacionales no sólo debieron sujetarse a las reglas cambiantes del machuchón de Palacio sino además someterse al chantaje y “cooperar” incluso para rifas fantasma y otras “ocurrencias”, incluyendo extorsiones directas para repartir dinero.
Por eso no hay inversión y se registró la peor salida de capitales. Se calcula por Banco de México, que hay más de 125 mil millones de dólares de mexicanos en invertidos o guardados en el extranjero, especialmente de Estados Unidos.
En tanto al cuarto trimestre del año pasado, la fuga de capitales alcanzó casi 32 mil millones de dólares, de los cuáles casi la mitad correspondía a inversiones en documentos de gobierno. Esa salida se vio compensada por el ingreso de remesas que para el primer cuatrimestre de 2022 crecieron al nivel de la expulsión de mexicanos hacia Estados Unidos y alcanzaron los 17 mil 240 millones de dólares, pero no llegan a inversión sino a manutención de miles de connacionales que de otra manera no tendrían forma de vivir.
Ni hablar de las “políticas” de seguridad donde como en los demás rubros parece que el mesías tropical ya abdicó en su responsabilidad constitucional, ya sea por incapacidad, conveniencia, miedo o complicidad. Los números se publican todos los días incluyendo muertos, carestía, pobres, desempleo, inflación, “crecimiento” y desamparados.
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