HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
Una vez más el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador sostuvo una reunión con su homólogo el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden y una vez más, sin observar los más mínimos principios del protocolo en una reunión para tratar temas bilaterales.
Escuche a los diplomáticos presidente. Ellos conocen el protocolo que rige en este tipo de reuniones. México tiene una diplomacia de excelencia, lo ha demostrado a lo largo de la relación entre los dos países.
No me vengan ahora con que la reunión de este martes en la Casa Blanca entre López Obrador y Biden fue un éxito. No me vengan con que el presidente mexicano le sacó lo que quería al mandatario norteamericano.
No, el presidente de México llegó a pedir, sin respuesta del estadounidense, en cambio ofreció duplicar el abasto de gasolinas en la frontera entre los dos países para que los habitantes del otro lado la adquieran más barata que en sus gasolineras y, eso: ¿con cargo a quién? a los contribuyentes mexicanos que pagamos un multimillonario subsidio para que esos hidrocarburos mantengan un precio estable.
Tengan paciencia, le respondió Biden a la petición de López Obrador sobre un aumento en las visas de trabajo, tengan para que se entretengan sería la traducción en una de las mañaneras de Palacio Nacional.
El presidente no escucha a su Secretario de Relaciones Exteriores, ni tampoco a los experimentados diplomáticos que tiene la cancillería mexicana, sí los escuchara, los resultados de estas reuniones, serían diferentes
Está claro que en una reunión de esa naturaleza hay que ser concretos, no llevar dicursos con los que se quiera descubrir el hilo negro, la actitud del presidente Biden lo dice todo, el mandatario mexicano leyendo sus porpuesras y el norteamericano con la mente en otros asuntos, sobre todo, en los que trataría posteriormente en su viaje a Oriente Próximo que son de vital importancia para el futuro geopolítico de su país.
No se necesita ser un analista internacional para darse cuenta de que el presidente mexicano desperdició una valiosa oportunidad para sentar las bases de una cooperación que ayude a salir adelante de una situación económica que afecta a los dos países.
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Cayó Raymundo Collis, el ex titular del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de México en la administración de Miguel Ángel Mancera y ex director de la Central de Abasto en la de Marcelo Ebrard. El ex policía, un auténtico pájaro de cuenta es investigado por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por uso indebido de atribuciones. ¿Qué andaba haciendo este pillo en las inmediaciones del Instituto Cultural Mexicano en donde desayunó el presidente López Obrador? ¿Tenía concertada una cita con el tabasqueño? ¿Pensaba que los reporteros no lo iban a reconocer? En el INVI manejó contratos millonarios con su respectivo moche, en la Central de Abasto, no sólo despojó a locatarios de sus bodegas y luego las vendió hasta en 20 millones de pesos, sino que se sirvió con la cuchara grande, lo que le permitió meter lana a la campaña de Mancera a cambio del INVI e impunidad. Esperemos que no salgan ahora que le otorgan el criterio de oportunidad o que hubo violación al debido proceso, sería el colmo de la impunidad. ¿no creen?
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@HctorMoctezuma13