La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El problema surge cuando el espejito se convierte en un agarrador de pende…
Durante poco menos de tres años, Jorge Winckler Ortiz, estuvo prófugo la Fiscalía veracruzana, lo acusan de desaparición forzada y privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro.
Los delitos que se le imputan son graves, sobre todo, se agregan al hecho de que Winckler fue Fiscal General a propuesta de Miguel Ángel Yunes Linares y todavía aguantó en el cargo, algunos meses del actual período de Cuitláhuac García Jiménez.
Desde luego, que el entuerto va más allá de la detención de un presunto criminal, se trata de quien fungiera como el brazo operativo de Yunes, para ejecutar una serie de detenciones contra ex funcionarios de la administración de Javier Duarte y no remontaron más atrás en el tiempo, porque su proyecto de continuidad fracasó en el 2018.
Ignoramos si el abogado caído en desgracia sea o no responsable de lo que se le acusa, sin embargo, como dijeran en el llano hay muchos agraviados que le ‘traen hambre’, por lo que no dudarán en contribuir, con todos los granitos de arena posibles, para que el aludido pase una larga temporada en el ‘bote’.
Queda claro que el detenido no está manco y que, intentará buscar el cobijo de la justicia federal, no obstante, como en su momento les ocurrió a muchos de sus perseguidos, los vientos no soplan a su favor.
Con Winckler, son dos los altos ex funcionarios de la yunicidad que están vinculados a proceso, el otro es Rogelio Franco, que se desempeñó como secretario de Gobierno, habrá que ver si la embestida escala a mayor altura, aunque es obvio, que sólo falta un peldaño.
En su momento, la ‘plenitud del pinche poder’ les impidió oír consejos, bajo el supuesto de aplicar justicia atropellaron el debido proceso en varios casos, se pensaron eternos, ahora, el escupitajo viene de regreso. Qué pena que no sepamos experimentar en cabeza ajena, porque eso sí, en algún momento, la historia se volverá a repetir, sin duda.