Yo Campesino / ¡Desastre!
• Ganso cubre su fracaso con campaña de corcholatas y escándalos en tanto el país se hunde
*Miguel A. Rocha Valencia*
En tanto el país se ahoga en carestía, miseria, desabasto de medicamentos, masacres y corrupción impunes, el ganso de Macuspana convencido de que como presidente fracasó y su sexenio será para el olvido, distrae la atención con una permanente campaña electoral con sus corcholatas, escándalos mediáticos y pleitos que dañan aún más a los mexicanos, incluso a aquellos que, por unos pesos, le dan su voto.
Porque a estas alturas sabe que el México de hoy está mucho peor que el de 2018 y eso no lo podrá ocultar ni con su “inmolación verbal” en aras de un fingido patrioterismo que tendrá su pináculo el 15 de septiembre. Tampoco podrá desmentirlo con la persecución a Enrique Peña Nieto, ni mucho menos con su pretensión de desconocer los términos del T-MEC.
La corrupción del régimen de la 4T está comprobada, así como la impunidad otorgada desde Palacio Nacional a hermanos, hijos, primos, colaboradores y compadres, quienes, a la sombra del caudillo, acumulan riquezas inexplicables, en tanto que los ladrones de otros tiempos no son castigados como lo prometió.
Saqueo que lleva al incumplimiento de la ley, a la disposición presupuestal a discreción del caudillo cuatrotero como los 26 mil millones de pesos ordeñados a los fideicomisos para investigación y que el Conacyt reconoce fueron desviados a “obras prioritarias” del gobierno como Dos Bocas, tren Maya y Santa Lucía, amén de los programas asistenciales para comprar la conciencia y el voto de muchos mexicanos, especialmente ancianos.
Se trata de sólo un ejemplo de cómo más de 300 mil millones de pesos que estaban etiquetados en el presupuesto 2022, se desviaron a un gasto diferente, lo cual, es un delito, es corrupción.
Al mismo tiempo, la paz tampoco llega, las masacres se vuelven cotidianas: Zacatecas todos los días, entre semana, San Luis Potosí con 13 ejecuciones, Celaya con ocho y Guerrero con seis, para sumar en lo que va del sexenio más de 128 mil asesinatos que ni “Calderón los tuvo”. Muertos éstos que, junto con los excesivos por la pandemia, son de la 4T y de ellos deben responsabilizarse.
Pero más allá de los muertos, el desastre económico tiene consecuencias en lo financiero y en la salud de las personas, incide en el agravamiento del nivel de miseria en el cual se encuentra más del 52 por ciento de los mexicanos, muchos de los cuales fallecen por falta de medicamentos en el sector público y porque las “ayudas” compra-votos no alcanzan para adquirirlos como tampoco para tratamientos (quimios, diálisis) o estudios de medicina preventiva.
Y como si no fuera suficiente un entorno internacional negativo, en su permanente campaña política el profeta de la 4T compra pleitos para distraer la atención y confronta todos los días, incluso con “listas” de periodistas, empresarios y activistas a quienes considera sus enemigos, lo bueno es que lo de él no es la venganza, si no…
De tal suerte que olvida su trabajo de presidente de un país en crisis al que ya se le anuncia un 2023 con débil desempeño, recesión como estima Carlos Capistrán, economista en jefe para México de Bank of America, quien estima crecimiento de uno por ciento a cero, ya que, además, de acuerdo con Alain Jaimes de Signum Research, la desaceleración de Estados Unidos pasará factura a nuestro país.
Eso sin contar los efectos de los pleitos y disputas que en sus sermones mañaneros arma el caudillo, de tal forma que otros analistas como Carlos Hurtado, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, anticipan iguales expectativas e incluso se atrevieron a advertir que este, el del tlatoani olmeca, es “un sexenio perdido”.
El fracaso está a la vista, en lo que falta de la administración cuatrotera, no habrá mejora, por el contrario, metido con las campañas de desprestigio, pleitos, divisiones y revanchas, el mesías tropical alienta el divisionismo entre los mexicanos, nos busca confrontaciones en el exterior y nos tiene en una realidad que espanta por la inseguridad, asesinatos, muertes por negligencia y escasez, así como una pérdida permanente en la calidad de vida, productividad y eficiencia que de tenernos como doceava potencia económica, hoy retrocedimos al quinceavo lugar y eso, hasta en tanto la OCDE realice sus nuevas evaluaciones.
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