(Segunda y última parte)
Por María Manuela de la Rosa Aguilar.
11 de agosto del 2022.
La reciente gira por Asia de la presidente del Congreso de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, no sólo fue controversial, sino que atrajo los reflectores del mundo, por la molestia que causó al gobierno de China y a Corea del Norte. Y aunque desafiante y sin el apoyo del presidente Joe Biden, la congresista norteamericana cumplió su objetivo, marcando el territorio de su hegemonía en Asia.
La visita a Taiwán fue considerada como una agresión a la soberanía de China, por lo que el gigante asiático alertó a toda la región realizando maniobras militares disuasivas; que, sin embargo, no persuadieron a Pelosi, quien viajó en aeronaves militares y escoltada por un fuerte dispositivo de seguridad, tanto de la Fuerza Aérea norteamericana, como de la Marina, no sólo porque su investidura lo exige, sino como una manera de mostrar la capacidad del ejército más poderoso del mundo, sin duda, aunque los efectivos chinos lo superan.
Para Taiwán posiblemente habrá repercusiones a nivel político, económico, diplomático y estratégico. Por lo pronto hubo ciberataques durante la visita y es posible que renga problemas para sus exportaciones, por lo que tendrá que diversificar aún más su comercio exterior, lo mismo que Singapur, Corea de Sur y Malasia.
Al anunciar su gira por Asia, la oficina de la congresista omitió informar de su visita a Taiwán, por lo que se pensó en un principio que tomaba muy en serio las amenazas de China, pero al final decidió visitar la isla, pese al enojo de Beijing y la oposición de Biden, afrontando las amenazas militares al llegar fuertemente escoltada por aviones de guerra, dispuestos a responder cualquier agresión. Pues no olvidar que Nancy Pelosi es la segunda en la línea sucesoria del gobierno norteamericano y la máxima figura del Poder Legislativo. Pero, ¿qué hubiera pasado si Pelosi no va a Taiwán? Hubiera enviado un mensaje de debilidad de la máxima potencia mundial, así que era una visita obligada, tuvo que levantar el guante y acertó sin duda alguna.
Y si bien los gobiernos de esos países asiáticos respondieron con gran prudencia, sobre todo Corea del Sur, cuyo presidente no coincidió con la congresista por “estar de vacaciones”, saben ahora que tienen el respaldo norteamericano, que protege su hegemonía, ahora en riesgo por la guerra en Ucrania.
El gobierno Chino anunció que Nancy Pelosi y su familia inmediata serían sancionadas por su viaje a Taiwán, sin mencionar el tipo de sanciones que tendría. Lo mismo sucedió el año pasado, Beijing anunció sanciones contra el ex secretario de Estado Michael Pompeo, luego de visitar Taiwán, sin especificar nada.
Por su parte el gobierno de Corea del Norte declaró hostil la visita de Pelosi a la zona de seguridad conjunta, en la frontera con Corea del Norte. El líder norcoreano Kim Jong-un calificó la visita como una “interferencia insolente”, agregando que la congresista es “la peor destructora de la paz y la estabilidad internacionales”. Declaraciones muy al estilo del dictador que ha puesto al mundo varias veces en jaque por su programa armamentista.
Japón.
Luego de estar en Corea del Sur, Nancy Pelosi visitó Japón, en donde se vivió una gran tensión por los misiles que cayeron en la zona económica exclusiva del país del sol naciente el pasado jueves por el enojo chino de la visita de la líder con Congreso norteamericano a Taiwán.
Nancy Pelosi tuvo un encuentro con el Primer Ministro japonés, Fumio Kishida, quien en conferencia de prensa manifestó que los misiles lanzados por China son una amenaza directa a la seguridad nacional japonesa. Hay que mencionar que Japón ha desplegado progresivamente un sistema de defensa contra misiles balísticos en torno a su archipiélago, para defenderse de las amenazas de China y Corea del Norte.
El ministro de Defensa japonés informó que presentaron una protesta formal a China por la vía diplomática en respuesta a los lanzamientos de misiles sobre su zona exclusiva.
Una de las consecuencias inmediatas de esta visita fue la cancelación de una reunión entre los cancilleres chino y japonés, que puede afectar la cooperación comercial de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
Los intereses militares de EEUU en Asia.
Estados Unidos cuenta al menos con 200 bases militares en Asia, especialmente en Japón y Corea del Sur, donde tiene bases e instalaciones, con avanzados equipos militares y miles de efectivos desplegados. En Corea del Sur tiene unos 28,500 soldados en unas 83 bases.
Asimismo, tiene cinco bases en Filipinas, cuatro aéreas y una militar. Tailandia y Singapur permiten usar ciertas instalaciones militares cuando sean requeridas.
En el territorio de Guam, en el archipiélago de las Islas Marianas, tiene una base aérea y una base naval, con submarinos de propulsión nuclear y barcos logísticos de abastecimiento. Personal del Cuerpo de Infantería de Marines se encuentra desplegado ahí y en general suma unos 6,000 efectivos. Y pueden albergar aviones de cualquier clase, ya sea bombarderos estratégicos B-52, B-1 Lancer y B-2 Spirit, etc.
Japón alberga la mayor cantidad de bases, que suman unas 113 instalaciones militares, en Yokota y Misawa. En esta última aterrizan los aviones más modernos de Washington, los F-22 Raptos de quinta generación.
Las bases militares norteamericanas en Asia tienen una importancia estratégica relevante, ya que desde ahí Estados Unidos puede lanzar bombas nucleares y misiles contra Corea del Norte, Rusia y China.
Independientemente de Asia, en Europa también se encuentra el cuartel general de la Fuerza Aérea en el Suroeste de Alemania, en Ramstein, utilizada también por la OTAN, donde se encuentran desplegadas 150 bombas nucleares y unos 40,000 efectivos, dentro de los que se cuentan 5,000 especialistas. Y de expandirse la guerra, este sería el centro de operaciones de la Alianza Atlántica.
Por otra parte está la base estratégica del Departamento de Defensa del Pentágono en el Oriente Medio, en Qatar, donde hay efectivos norteamericanos, artillería y el sistema de misiles tierra-aire Patriot.
Se ha dicho también que EEUU quiere expandir su presencia construyendo una base aérea en Siria.
Si bien las tensiones en el mundo continúan, la líder de la Cámara Baja de los Estados Unidos hace lo propio con una demostración diplomática de fuerza, dando certidumbre a los países que pudieran sentirse avasallados por China, Corea del Norte y Rusia. Aunque oficialmente contra la voluntad del presidente Biden, es una muestra de cohesión del gobierno norteamericano ante el mundo.