Redacción MX Político.- Las razones por las que a las personas les encantan ciertos alimentos y desprecian otros tienen que ver con algo más que sus culturas o incluso sus papilas gustativas… sus genes también juegan un papel importante, revela un nuevo estudio.
Los investigadores han identificado cientos de variantes genéticas (diferencias en la composición genética de las personas) relacionadas con su gusto por alimentos específicos, incluidas las asociadas con el amor por el anís, los aguacates, los chiles, la carne, el pescado azul y muchos más.
En el mayor estudio genético sobre el gusto por la comida, científicos de la Universidad de Edimburgo y Human Technopole, Milán, estudiaron la afición de más de 150 000 personas por 137 alimentos y bebidas diferentes.
Encontraron 401 variantes genéticas que influyeron en los alimentos que les gustaban a los participantes. Muchas de estas variantes afectaron a más de un rasgo de gusto por los alimentos y algunas solo a un alimento en particular. Por ejemplo, algunas variantes genéticas se relacionaron con un disfrute solo por el salmón, mientras que otros grupos de variantes aumentaron el gusto por el pescado azul o todos los pescados en general.
El equipo usó cuestionarios y análisis genéticos para desarrollar el llamado “mapa de alimentos”, que muestra cómo la apreciación de los participantes de grupos de alimentos y sabores específicos está influenciada por variantes genéticas similares.
El mapa revela tres grupos principales de alimentos que comparten un componente genético similar.
Un grupo está formado por alimentos ricos en calorías y muy sabrosos, como carnes, lácteos y postres; otro grupo consiste en alimentos de sabor fuerte que se conocen como “adquiridos”, incluidos el alcohol y las verduras picantes; y un tercer grupo contiene alimentos bajos en calorías como frutas y verduras.
Rasgos de salud
Los investigadores descubrieron que los tres grupos de alimentos también compartían genes que se sabe que están asociados con distintos rasgos de salud.
Por ejemplo, los alimentos muy sabrosos están influenciados por las mismas variantes genéticas también relacionadas con la obesidad y los niveles más bajos de actividad física. Un mayor gusto por frutas y verduras está influenciado por las mismas variantes que se relacionan con mayores niveles de actividad física. Y un mayor gusto por los gustos “adquiridos” está genéticamente asociado con un perfil de colesterol más saludable y una mayor actividad física, pero también con una mayor probabilidad de fumar y consumir alcohol.
Sin embargo, el equipo se sorprendió al encontrar diferencias genéticas entre el gusto por subconjuntos de alimentos dentro de la misma categoría. Por ejemplo, esperaban que las variantes genéticas relacionadas con el gusto por las verduras fueran consistentes en todos los tipos de verduras, lo que significa que a las personas a las que les gustaba una verdura les gustarían todas.
En cambio, encontraron una relación débil entre los genes asociados con las verduras cocidas y para ensaladas y los genes relacionados con las verduras de sabor más fuerte, como las espinacas y los espárragos.
Patrones cerebrales
Por último, el equipo encontró poca correlación entre los genes relacionados con los alimentos ricos en calorías y los otros dos grupos, lo que sugiere que existen procesos biológicos independientes que subyacen al gusto por los alimentos muy sabrosos.
Las resonancias magnéticas encontraron una correlación entre la parte del cerebro involucrada con el procesamiento del placer y la variación genética relacionada con los alimentos muy sabrosos, mientras que los alimentos bajos en calorías y de sabor fuerte se correlacionaron con áreas del cerebro asociadas con la toma de decisiones.
Los expertos dicen que al tener una mejor comprensión de lo que impulsa las elecciones de alimentos de las personas, su investigación podría ayudar a desarrollar productos alimenticios más saludables y más aceptados, mejorar las intervenciones dietéticas y potencialmente conducir a medicamentos para ayudar a las personas extremadamente obesas a perder peso.
La investigación fue publicada en Nature Communications.
“Este es un gran ejemplo de la aplicación de métodos estadísticos complejos a grandes conjuntos de datos genéticos para revelar una nueva biología, en este caso, la base subyacente de lo que nos gusta comer y cómo se estructura jerárquicamente, desde elementos individuales hasta grandes grupos de alimentos. , dice el profesor Jim Wilson.
“Uno de los mensajes importantes de este artículo es que, aunque los receptores del gusto y, por lo tanto, el gusto son importantes para determinar qué alimentos te gustan, de hecho, es lo que sucede en tu cerebro lo que impulsa lo que observamos”, dice el Dr. Nicola Pirastu.
“Otra observación importante es que la principal división de preferencias no es entre alimentos salados y dulces, como cabría esperar, sino entre alimentos muy placenteros y ricos en calorías y aquellos para los que es necesario aprender el gusto. Esta diferencia se refleja en las regiones del cerebro involucrado en su gusto y apunta fuertemente a un mecanismo biológico subyacente”.
El cargo El gusto por ciertos alimentos en específico está en nuestros genes, según un estudio apareció primero en Noticias MX Político.