Yo Campesino / ¿Qué presume?
• Más de 270 mil mexicanos mueren al año por falta de comida y medicinas
*Miguel A. Rocha Valencia*
Mientras el ganso presume que con dinero del presupuesto llega a 30 millones de hogares con programas sociales y compra sus votos, el 52 por ciento de esos núcleos familiares viven en pobreza alimentaria a causa de la cual, fallecen 170 mil personas al año, la mayoría niños.
Es decir, de acuerdo con las encuestas del Inegi, específicamente la Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH) y los datos de la Secretaría de Salud, la pobreza y los fallecimientos a causa de esta, va en aumento, como también la inflación alimentaria que frente a la general de 8.96 por ciento, alcanza el 34 por ciento anualizada a julio, con lo cual el deterioro de los salarios borró todo aumento contractual realizado a la fecha.
Con estos datos queda claro que la teoría del ganso de “primero los pobres”, significa que el fin es socializar la miseria, disminuir la brecha, tan es así que entre 2018 y 2020, la llamada clase media en México perdió más de seis millones 200 mil integrantes, reflejándose en el aumento de quienes menos tienen cuya población creció en la misma proporción.
El caso es que, entre los pobres, también hubo deceso en los deciles y ahora son desposeídos también en comida y salud, con todo y los programas clientelares. Y es que la estrategia parece ser: “primero los empobrezco y luego llego a rescatarlos para que no se mueran de hambre”. El problema es que sí hay consecuencias fatales, ya que la SSA reconoce 170 mil muertos anuales por falta de ingesta.
Por su parte el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, que mide la pobreza en México y evalúa programas y políticas públicas del gobierno, deja en claro que el 23 por ciento de la población vive en miseria alimentaria, donde hay al menos 900 mil niños que sobreviven con desnutrición crónica, de ellos, miles mueren al año por sus secuelas.
De hecho, más de 28 millones de mexicanos viven en vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación, y 11.7 millones en condiciones de pobreza extrema, lo cual refleja un incremento en los últimos tres años que alcanza, conforme a datos de la ENIGH el 13.9 por ciento en el ámbito rural y del 12.8 en el urbano.
Por ello es que a estas alturas se estima que de los 34.7 millones de hogares que hay en el país, el 52 por ciento encuentran dificultad para comer por falta de dinero y el encarecimiento de la canasta alimentaria.
De tal suerte que, si el mesías tropical dice que los programas clientelares llegan a 30 millones de hogares, más de la mitad de los mismos ya están en la miseria, lo cual, desde un punto de vista económico, no es logro sino fracaso.
Incluso la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) apunta que, en México, tres de cada 10 personas enfrentan inseguridad alimentaria donde mujeres y niños son los más vulnerables. 3.7 por ciento de la población total, padece ese problema de manera severa. Es decir que al menos 4.8 millones de connacionales no comerán este día.
Por eso los 170 mil fallecimientos a consecuencia de la falta de alimentación que reconoce el propio gobierno y la serie de secuelas sociales y económicas que de ello se derivan, incluyendo enfermedades crónico degenerativas como la desnutrición infantil y lo que ello implica en el desarrollo generacional, ya que estas personas, tampoco encuentran respuesta en los sistemas de salud, donde los subejercicios y cancelación de programas supera más de 116 mil millones de pesos que se ven reflejadas en diversas formas.
Una de ellas es la carencia de medicamentos como los anticancerígenos, los controladores de tensión arterial y sus secuelas cardiovasculares; los insumos para tratamientos oncológicos para todo tipo de tumores malignos, cuya letalidad va en aumento.
Se considera por el Inegi que de los más de millón 100 mil defunciones registradas el año pasado, el ocho por ciento, es decir más de 100 mil, correspondieron a fallecimientos por diversos tipos de cáncer, elevándose la mortandad respecto a los años neoliberales. Otra vez los niños y mujeres los más afectados. Pero este será tema de otro comentario.
El caso es que No hay por dónde el Profeta de la 4T presuma que se “ahorró” más de un billón de pesos, que no se ven ni en los programas clientelares porque mucho de ese dinero se va a sus obras que subieron más de 100 por ciento en costo y en medio de un caldo de corrupción que llega a todos los niveles, como es Segalmex cuyo desfalco alcanzaría dos estafas maestras por la que se encarceló tres años y se tiene sujeta a proceso a Rosario Robles Berlanga sin que se le probara nada, en cambio a Ignacio Ovalle y cómplices, todo los acusa, pero no son tocados gracias a la impunidad que se les da desde Palacio Nacional.
De este tema platicaremos mañana, bien vale la pena echarnos un clavado al modelo de pureza que proclama el tlatoani olmeca y donde está convertido en jefe mafioso con una cauda de corrupción visible y cínica.
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