La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Parajoda mesiánica: no hay nada peor que ser publicano y cuenta chiles
Enrique Nachón García, secretario de Desarrollo Económico y Portuario del estado de Veracruz, es un burócrata que ha transitado, al menos, desde el sexenio de Miguel Alemán hasta el de Cuitláhuac García, pasando por Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes.
Presumimos que, la inusitada permanencia, no se debe a su talento administrativo, sino, a ser sobrino de Olga Sánchez Cordero, o sea, en su momento, pariente de la ministra de la SCJN, después de la titular de SEGOB y, recientemente, de la presidenta de la Mesa Directiva del Senado.
El hecho de colaborar, por influencia ajena, lo mismo con el PRI, el PAN y MORENA, es el gran logro de un personaje que, de otra forma, pasaría desapercibido.
Sin embargo, para ingresar a la historia por iniciativa propia, Nachón anunció que boletinará a los micro y pequeños empresarios (dulceros, tamaleros, taqueros, etc.) que no han pagado los mini créditos de ¡10 mil pesotes! que se les otorgaron durante la pandemia.
De acuerdo al aprendiz de brujo, los que ingresen a la lista negra no serán objeto, por lo siglos de los siglos, de ningún tipo de ayuda social, debido al grave crimen que implica no pagar tal cantidad siendo que están, suponemos, ‘en plena bonanza’. Claro está que, ni siquiera, han averiguado si los ‘morosos’ están vivos o en las estadísticas de López-Gatell.
No sobra decir que, el susodicho, pertenece a una encumbrada familia vinculada al sector de la construcción (que coincidencia, buena parte de su carrera fue como mandamás en INVIVIENDA), por lo cual, nunca se ha despertado con la preocupación de saber que dará de comer a sus hijos si no vende la merca.
Para ilustrar la dimensión del ‘agravio’, aclaramos que, un ‘joven construyendo futuro’, recibe poco más de cinco mil pesos mensuales, por lo que lo adeudado por los ‘insensibles’ emprendedores, equivale a dos meses de bequita. De este tamaño es el desvarío.