Yo Campesino / ¿Y la economía?
• Sin duda el escándalo Ayotzinapa distrajo reflectores de la debacle económica
*Miguel A. Rocha Valencia*
Metidos en el escándalo Ayotzinapa provocado por el mismo ganso, fue el mejor distractor de lo que sucede en economía, donde la inflación sigue para arriba con el fracaso (otra vez) de la nueva etapa del PACIC, el aumento de tazas que podrían llegar por arriba del 11 por ciento con la presión consecuente al crédito al consumo y la falta de recursos fiscales para completar el gasto en 2023 donde el déficit superará el billón de pesos.
La carestía volvió a pegar en los precios al consumidor, especialmente en los alimentos que esta vez reflejan un incremento promedio del 32 por ciento, donde las legumbres y carnes de pollo, res y cerdo llevan mano en los mercados públicos, en tanto que productos “anclados” que incluyen café soluble, quesos y leches fluidas en tiendas de autoservicio, reflejan incrementos por arriba del 15 por ciento o simplemente “ya no los manejan”, pero seguro aparecerán en anaqueles con nuevo precio.
Eso en tanto inicia el período de la segunda etapa del PACIC en que los dueños de cadenas de supermercados se comprometen a no “aumentar” precios de 24 productos, aunque en el lapso de nueve días que pidieron para hacer “ajustes”, ya les subieron. Aplicaron la misma maniobra de El Buen Fin, suben y luego “bajan”.
Total, que los datos al cerrar septiembre, hablan de una inflación real que oscila en el 10 por ciento oficial y la subyacente en el nueve por ciento, en tanto que la percepción del INPC observa un 15 por ciento arriba.
Tan es así que los especialistas consultados por Banxico y Banamex, el 2023 abrirá con un 11 por ciento en la tasa de referencia en el primer trimestre, lo cual provocará que el precio del dinero en los bancos ajustará alzas al consumo.
De hecho, Carlos Capistrán, especialista del Bank of America anticipa un cierre de Banxico en 10 por ciento para 2022 y que se priorizará el control de precios. Por lo pronto ya estamos a 25 puntos base y eso podría cambiar el próximo mes.
Pero esos números sólo son para el inicio pues los mismos especialistas consideran que el golpe inflacionario de enero será mucho mayor dado que los precios y tarifas de bienes y servicios como licencias, carreteras de cuota, predial, agua y demás, aumentarán conforme al cierre de la inflación de 2022, es decir, cerca del 10 por ciento y eso va a golpear en costos de todo, empezando por el transporte en general, así como en el poder de compra de los salarios.
De hecho, de acuerdo al Inegi, el número de personas con empleo y que caen en pobreza laboral aumenta todos los días y se generaron dos millones más en 2022. Lo peor de acuerdo con el propio Instituto, es que de cada 10 plazas siete pertenecen a la economía informal. Es decir que el contar con una plaza, no garantiza que el salario alcance para adquirir la canasta básica ni tampoco acceder a servicios sociales como la atención a la salud.
Esto último implica que tampoco alcanzará para acudir a médico privado u obtener los medicamentos, lo cual, como ya se mostró generará junto con la desnutrición, enfermedades crónico degenerativas especialmente diabetes y cardiovasculares, un mayor número de defunciones.
Sobre esto último la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) dice que en agosto la población ocupada aumentó en 177 mil personas, pero sólo 53 mil lo hicieron en la economía formal y la informalidad generó 123 mil plazas con lo cual este último segmento alcanza ya el 55.5 por ciento al total de la PEA, es decir, están en ella 57.6 millones de personas, donde obvio, no hay prestaciones.
Para colmo las finanzas públicas orientadas significativamente a la compra de votos y terminar proyectos del ganso, provoca que la 4T vuelva a recurrir a la amenaza y al chantaje para exprimir a causantes, no sólo a los 20 grandes que deben 100 mil millones de pesos, sino aquellos que de las “pensiones” y “becas” deben pagar el aumento a los impuestos, predial, agua, luz, servicios médicos, medicamentos, y el encarecimiento de transporte y comida. A este último segmento se le aplican medidas de apremio como el “más te valdría estar al corriente” de la CFE.
A eso habrá de sumarse la importación de inflación externa como sucede con las crecientes compras de insumos para la producción como los fertilizantes (especialmente urea rusa) que según datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas entre enero y agosto México pagó mil 843 millones de dólares que representaron 76 por ciento más que lo gastado el mismo período el año pasado y por 10 por ciento menos del tonelaje. De tal suerte que hablar en una disminución de precios en la comida como la hace el profeta cuatrotero, es sólo demagogia.