La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
¡Ha muerto la lealtad, viva la esperanza!
No es necesario un análisis sesudo, para entender que la relación de Ricardo Monreal con YSQ, está fracturada, no hay retorno.
Por ello, el que el zacatecano se haya puesto a operar con tanto entusiasmo, para construir un consenso con la oposición, en lo relativo a que las Fuerzas Armadas continúen a cargo de la Seguridad Pública hasta el 2028, debe entenderse desde otra perspectiva.
Es público, que el encargado de ‘seducir’ al senador para que aplique sus buenos oficios, fue el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, la ‘corcholata’ que viene de atrás con veloz trajín.
Desde luego, las negociaciones en política implican que todos los interlocutores obtengan algún beneficio, en este caso, no suponemos que, Monreal, haya sido amedrentado como se hizo con Alito y Moreira, entonces: ¿cuál fue la moneda de cambio? ¿negoció Adán Augusto en su calidad de encargado de la política interna o en su calidad de precandidato?
En cualquier sentido, el legislador incómodo de la 4T tiene un colmillo largo y retorcido, por lo que, lo ofrecido por el tabasqueño, no fueron ‘espejitos’, sino, propuestas viables.
Este acuerdo secreto, tiene mar de fondo, lo planteado por López Hernández debió tener un peso real para retornar al redil al menospreciado personaje e, insistimos, no suena a una reconciliación con su otrora amigo, el arreglo, huele a futuro.
¿Qué le dijo que lo convenció tan rápido?