La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Parajoda del filósofo de Juárez: te pareces tanto al PRI que no puedes engañarme
Uno de los temas, con el que más propaganda ha hecho el presidente López Obrador, es la supuesta supresión administrativa del Estado Mayor Presidencial y, decimos supuesta, porque en realidad sigue existiendo.
La exhibición de los archivos confidenciales del Ejército, a partir del hackeo de los Guacamayos, ha evidenciado que, en la práctica, el EMP sigue funcionando para atender al Tlatoani y su familia. Veamos.
José Ramón López Beltrán, el primer júnior del país, ha utilizado aparatos de la Fuerza Aérea, para realizar actividades privadas. Beatriz Gutiérrez Müller, la ‘no primera dama’, viaja al extranjero con cinco militares como servicio de ayudantía, además, los marinos la pasean en sus barcos, cuando la señora quiere sentir la brisa del mar.
En este contexto, la sección Avenida Principal, del portal Libertad Bajo Palabra, nos narra lo siguiente:
“Pues ese viaje que doña Beatriz hiciera Houston con su retoño, lo hizo acompañada de cinco militares: el teniente coronel Marco Antonio Palomares Sánchez, el capitán primero de infantería Aldo César González Bobadilla y la Subteniente Nancy Aglae Jiménez Serrano, en labores de ayudantía; el mayor de infantería Carlos Tiburcio Zárate Priss, como escolta, y la Mayor Tania Carolina García Martínez, en apoyo a servicio médico”.
De este tamaño es el despropósito: cinco elementos para satisfacer las ‘austeras’ necesidades de la mujer del mandamás, que no nada más lo es, también lo parece.
Ni hablar, los #GuacamayaLeaks marcarán un antes y un después, en esta puesta en escena. Benditos hackers.
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