La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Cada día son más X y menos partidarios de la justicia social
No cabe duda, la oposición partidista a la 4T, no tiene fundamento, es decir, obedece a los objetivos cupulares de la partidocracia histórica y no a los intereses ciudadanos, desde luego, estas oligarquías, sin el concurso de la sociedad, no llegarán lejos.
El ejemplo más claro de lo anterior, radica en que el estratega más notorio de la maltrecha alianza opositora, es el empresario Claudio X. González Guajardo, quien, además, fue presidente y fundador de la ONG “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad”. No sobra decir, que también estuvo encargado de la Fundación Televisa.
Está claro, el combate a la corrupción es algo necesario, se trata de uno de los fenómenos más perniciosos que azotan nuestra realidad, sin embargo, la ONG se enfoca en denunciar los casos ocurridos en el gobierno y nada dicen de la podredumbre que impera en el sector empresarial, mismo que ha utilizado el soborno como mecanismo cotidiano para aumentar sus ganancias.
En este contexto, el tema de fondo, es que la pretendía coalición electoral, opera como un brazo político del gran capital, representado en la persona del susodicho, situación a la que contribuyen, los famélicos e impresentables liderazgos partidistas.
Es ridículo, que la construcción de un bloque quede supeditada a la agenda judicial de Alito Moreno, las ñoñerías de Marko Cortés o la senilidad de Jesús Zambrano, circunstancias que son aprovechadas por el ujier de la clase empresarial.
Mientras el PRI, PAN y PRD, no entiendan que son responsables, en grado sumo, de buena parte de la crisis que padecemos, no podrán conectar con las grandes mayorías electorales. No se trata de ser contrario a la 4T, sino, de convertirse en una alternativa viable.