Yo Campesino / En su trampa
• Ganso y cómplices, acogotados por su propia “estrategia”. Dictadura militar presente
*Miguel A. Rocha Valencia*
Si, a los militares les convendría que el mesías tropical cumpliera su sueño de sostenerse como máscara en el poder político. Guacamaya mostró con claridad quién manda en el país en base al “refinado sistema” del chantaje y la amenaza. Todos, hasta los uniformados son parte de la misma mafia, sólo que los entorchados, tienen más de 500 mil efectivos armados.
El hackeo a la Sedena confirma que la información es poder, tanto que hasta el ganso está sometido junto con sus chachalacas en especial la tabasqueña que se asume no sólo como defensor del “honor” militar sino también les abre la puerta a encumbrarse como en los gorilatos de los 50’s y 60’s en el mando civil del país con “poderes” constitucionales sometidos.
Por eso ya con descaro, descobijado en sus bajezas, mentiras y artimañas, el profeta de la 4T reconoce que sí pensó (y lo sigue pensando) en extender su periodo constitucional pretextando cumplir sus promesas, misma que ya no cristalizó por incapacidad, venganzas y soberbia. Nunca lo tuvo en sus planes.
Para ello es obvio que cuenta con el apoyo de los de verde olivo y se explica el por qué les da “todo”, se veía. Ahora los militares tendrán qué evaluar si pueden confiar en el caudillo tabasqueño sabedores de que, si no obedeciera, para ellos sería fácil “bajarlo de la silla” a través del descrédito si lo “encueraran” en sus miserias de corrupción junto con sus familiares, colaboradores y amigos.
Saldrían a relucir esas ligas que muchos presumimos existen con los criminales que, de poder soterrado, se asume como real en la vida del país con su potencial de fuego (137 mil asesinatos) financiero (36 mil millones de pesos sólo por cobro de piso) y una cantidad similar en dólares por drogas, tráfico de armas y personas, amén de la piratería y control de cadenas de producción y comercialización de productos de consumo necesario.
Ni hablar de la cada vez mayor presencia territorial de esos grupos delincuenciales que se apropian de comunidades por la fuerza al tiempo que aumentan su poder político designando alcaldías, congresistas y gobernadores.
De tal suerte que no es en el “pueblo bueno” donde se sustenta la 4T, sino en esos poderes fácticos que están por encima de los constitucionales, los cuáles, se encuentran sometidos con la misma “medicina”: el chantaje con la información de espionaje o “inteligencia” no sólo del Ejército sino también del antiguo Cisen, Marina, Segob y estatales.
Con esa misma estrategia está sometido el tlatoani olmeca a quien dejan cobrar venganza a cambio de cumplir con lo que se le ordena, vivir en un palacio y dictar chifladuras asumiendo la responsabilidad de la destrucción del país y golpear a los opositores de quienes realmente mandan.
Por eso los defienden y cuidan tanto, por eso se les da dinero sin cortapisas ni exigencia de rendir cuentas; se entregan obras públicas a esa nueva oligarquía cuya élite disfruta de los lujos que conlleva la corrupción neoliberal.
Los datos ahí están. Con ellos se demuestra que quienes nos gobiernan son una banda de delincuentes que deberían someterse a juicio, pero seguro, no habría quien los vigilara y cerrar la puerta de los reclusorios donde se les asignara.
La pregunta es si a los verdes les conviene un país en quiebra, sin inversiones y asediado, lejos de procesos democráticos que nos aíslen, empobrecidos y confrontados. Con una economía donde se vienen tiempos muy difíciles mientras se despilfarra el dinero público en obras y proyectos fallidos que le significan a los mexicanos billón y medio de pesos donde Dos Bocas es mano con 360 mil millones; Tren Maya con 320 mil, AIFA 140 mil a los cuales se suman las pérdidas de 331 mil millones por cancelación del NAIM, las de CFE por 95 mil o las de Pemex con 165, más su débito.
Y si eso fuera poco se debe sumar de una vez el déficit presupuestal de 2023 que será de 1.2 billones, más lo que se acumule por los pendientes.
Al final, ya sabemos quién manda.
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