Yo Campesino / Ambición desmedida
* Evidente intromisión del crimen en altos círculos de la 4T que se volvió una mafia
Miguel A. Rocha Valencia
“Hagan lo que tengan que hacer”, repito la frase con la cual el ganso abrió la puerta a “sus” gobernadores y seguidores en busca de conseguir la reelección presidencial de Morena en el 2024, “a como dé lugar”. Eso incluye sin duda, repetir el método que los llevó al poder en 2018 donde se violaron leyes de todo tipo, incluyendo penales y electorales.
Los hechos son tan evidentes como las pruebas contundentes del acarreo de dinero negro, de procedencia y hasta ilícito. Los recientes hechos y acciones de gobierno indican que muchos dinero del crimen organizado se incluyó en campañas electorales y control de las mismas y de electores para obtener “triunfos legítimos” a los diversos niveles de gobierno.
De ahí mismo la inclusión de representantes de los cárteles delincuenciales en las administraciones de gobiernos estatales como ocurre probadamente en el de Tabasco con Adán Augusto López o en municipales como el de Vallarta, donde el consejero nacional de Morena, Salvador Llamas Urbina, fue asesinado.
Más pruebas de esa intromisión fueron los secuestros y amenazas contra candidatos, activistas y representantes de oposición a Morena y sus rémoras en varios estados de la República en las pasadas elecciones estatales, municipales y legislativas, que incluyó el descarado robo de urnas e intimidación directa a los electores.
De todo eso al igual que de los dineros ilícitos, hay denuncias y pruebas como los videos de Pío y Martín López Obrador, de Esquer, Mario Delgado, todos sus antecedentes con los Bejarano, Ímaz, ligas y demás, hasta llegar a la actualidad que incluyó el secuestro de aspirantes a diputados en Michoacán, Estado de México, Guerrero, y la intervención directa de empistolados en Sonora, Sinaloa, Nayarit, Colima y Jalisco donde urnas fueron robadas o embarazadas en favor de Morena.
Lo cual muestra cual es la auténtica base electoral de la 4T, donde no les basta violar la ley, asociarse con criminales o ser parte de esa mafia delincuencial que se alimenta con dinero producto de actividades ilícitas, desde la extorsión al ambulantaje hasta el empresarial para llegar a dinero manchado de sangre, tráfico de drogas, seres humanos y armas. Corrupción pura donde el origen de los recursos no importan ni tampoco los muertos.
Simultáneamente para apretar la pinza, se recurre al chantaje y la amenaza política-empresarial para doblar a quienes oponen resistencia. Ni entre ellos se respetan como sucede con Layda Sansores, golpeadora profesional que con información “robada” y que debía ser penalizada, doblegó a Alejandro Moreno Cárdenas bajo la complacencia del caudillo. Así rompieron la alianza.
Ahora la misma intentará doblegar a Ricardo Monreal, su correligionario que empieza a hacerle sombra a Claudia Sheinbaum, eso, también con autorización del tlatoani, quien se lava las manos pero Sansores no se manda sola, le tiene obediencia ciega. El Zacatecano quien soñó regresar a los desayunos a Palacio, ya vio que en vez de eso, lo van a bajar a garrotazos.
Así es la cuarta, corrupta, vengativa, al margen de la ley, ávida de dinero, como esos 113 mil millones del fideicomiso aduanero que por instrucciones del profeta cuatrotero se repartió entre militares y cuya justificación y destino, están en la opacidad como lo indican los documentos hackeados a la Sedena.
Y lo que falta. Recordemos que el dinero negro que sumará miles de millones de pesos, incluyendo los recursos financieros, materiales, humanos y logísticos de las empresas criminales, no se auditan, pero cómo cuentan a la hora de buscar el poder. Pero si bien no se pueden “declarar”, si cobran factura y los morenos las van a tener que pagar.