Erich Paul Remark, nació en junio de 1898 en Osnabruck, Baja Sajonia, al noroeste del Imperio Alemán del Káiser Guillermo II. Remark no perteneció a las familias prusianas de talante militarista o a los “junkers” latifundistas que fueron el orgullo y la carta de presentación de ese II Reich que nació con la proclamación de Guillermo I en Versalles tras derrotar a Napoleón III en 1871, sino más bien, provino de una familia de clase media baja donde aspiró a ser un modesto maestro de escuela. Sin embargo, el destino le tuvo reservado otro derrotero y la Primera Guerra Mundial, al igual que sucedió con millones de europeos le cambio la vida, adoptando el seudónimo de Erich María Remarque y convirtiéndose en el escritor pacifista por antonomasia.
Remarque como se mencionó, bien entrada la Primera Guerra Mundial, tuvo que abandonar sus estudios magisteriales para enrolarse con casi 18 años de edad en el Ejército Imperial Alemán y al igual que millones de jóvenes y hombres germanos marchar al frente donde fue destinado a un regimiento de infantería en las trincheras en Flandes. En el verano de 1917 fue herido por metralla y durante su convalecencia comenzó a escribir una primera novela de corte pacifista y antimilitarista, ya recuperado volvió al frente donde incluso fue condecorado con la Cruz de Hierro de Primera Clase en noviembre de 1918, mes y año en que terminó la guerra.
Al concluir la guerra, no fue licenciado hasta el año siguiente volviendo a sus planes originales y ejerciendo brevemente como maestro pues casi de inmediato se convirtió en periodista y escritor. Su vida entonces se tornó azarosa entre amores, desamores, exilios y las consecuencias de su pluma anti bélica. En el campo sentimental se casó con la actriz Ilse Jutta Zambona con quien vivió una relación tormentosa, plagada de infidelidades por ambos lados e intermitentes encuentros y desencuentros que culminaron con el divorcio definitivo en 1957. Remarque mutó del tímido maestro de escuela de Baja Sajonia, a un Don Juan en toda la extensión de la palabra que tuvo romances con Hedy Lamarr, Dolores del Rio y Marlene Dietrich entre otras estrellas. De la hermosa estrella mexicana a quien comparó con Greta Garbo llegó a afirmar que la mujer perfecta sería una fusión entre ambas actrices. Finalmente sentó cabeza con la actriz estadounidense Paulette Goddard quien fue esposa hasta la muerte del escritor en 1970.
El ascenso del nazismo lo convirtió en proscrito del régimen, los nazis vieron en él, al enemigo por excelencia, Remarque no solo había creado un nuevo género literario sino sus obras eran y lo fueron después por décadas Best Sellers, Joseph Goebbels lo tachó de anti patriótico, los camisas pardas y juventudes nazistas quemaron públicamente sus libro “Sin novedad en el frente” en grandes piras, se le despojó de la ciudadanía alemana a pesar de ser un veterano de guerra, tal y como se hizo con los judíos que combatieron en el Ejército Imperial Alemán y pronto para salvar la vida se tuvo que exiliar primero en Suiza y después en Estados Unidos donde se le otorgó la ciudadanía, los exilios son sin excepción duros pero a Remarque le permitió desarrollar su carrera literaria y salvarse de los horrores del nazismo, no en vano una de sus hermanas que permaneció en Alemania fue ejecutada en 1943 bajo los cargos de externar opiniones derrotistas con respecto al esfuerzo de guerra nazi. Después de vivir en Estados Unidos volvió a fines de los cuarenta a Suiza donde permaneció hasta su muerte. Su carrera literaria fue prolífica entre los treinta y sesenta del siglo pasado con obras como: Tres Camaradas, Arco de Triunfo, Tiempo de Vivir- Tiempo de Morir, El Obelisco Negro, El Cielo no tiene favoritos y Una noche larga en Lisboa. Sin embargo, su obra cumbre fue la laureada Sin novedad en el frente de 1929.
En sin novedad en el frente, Remarque narra y describe los horrores de las trincheras en Flandes y la guerra moderna basándose en su experiencia personal y lo vivido en el frente. La novela relata las peripecias de un joven Paul Baumer que junto con sus compañeros escolares Tjaden, Kropp, Muller y Katczinsky inflamados de patriotismo se enrolan a ejército para combatir por el Káiser. Al llegar a Flandes, Baumer pronto se desencanta, en vez del heroísmo y la gloria, se encuentra con la muerte de sus amigos, el barro, la sangre, el fuego de artillería y ametralladora, así como las armas químicas, también con el cargo de conciencia de matar a un soldado francés en un combate cuerpo a cuerpo, Baumer sobrevive todo los anterior para caer muerto minutos antes de que entre en vigor el armisticio y termine la guerra. Muchos han considerado a Baumer el alter ego de Remarque, incluso por compartir el nombre Paul, pero esto es alejado de la realidad pues a diferencia del protagonista de la novela, Remarque no se presentó voluntario y entusiasta si no fue llamado a filas y por fortuna sobrevivió la contienda.
El éxito de Sin novedad en el frente fue notable, no solo como Best Seller, sino con sus respectivas versiones cinematográficas en 1930 que la hizo acreedora de dos Oscares, otra en 1979 y ahora una versión alemana, la primera, estrenada en septiembre de este año. En esta última versión se plasma de manera magistral los momentos tensos de la firma del Armisticio entre Francia y el agonizante Imperio Alemán a bordo de un vagón de ferrocarril en el claro de Rethondes en Compiegne. En la escena se ve a un duro Mariscal Foch, inflexible exigiendo la rendición incondicional y a un titubeante Matthias Erzberger en representación del imperio, rogando porque todo termine ya, ante la mirada de desaprobación de los militares prusianos. La rendición en el vagón fue tan humillante para Alemania, que 22 años después cuando en mayo de 1940, Hitler derrotó a Francia, ordenó que la rendición de los galos se firmara en el mismo sitio y en el mismo vagón, acto seguido mandó volar con explosivos el vagón para asegurarse que fuera la última rendición firmada en ese tren.
Hoy a poco más de cien años del fin de la Primera Guerra Mundial y pocos antes del primer centenario de la publicación de Sin novedad en el frente, la obra de Erich María Remarque está más vigente que nunca, Europa se yergue como el continente más próspero, el referente de la cultura occidental, sin embargo, la disolución de la República de Yugoslavia en los noventa, el ascenso de gobiernos de ultra derecha en Hungría e Italia ambos países víctimas de regímenes fascistas en el pasado y la guerra en Ucrania que entra a su fase de invierno nos hacen reflexionar sobre la tragedia de que este siglo ya conoce la historia de incontables jóvenes como Paul Bauman que al igual que sus abuelos pueden ver sus vidas y sueños truncados en el barro de una trinchera.