La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Hay tiempos de sumarse, de sumirse, de asumirse y de sumirla
Uno de los sambenitos, que se le han colgado al ex presidente Peña Nieto, es el de ser un hombre tonto, sin embargo, quizá sea inculto, pero, del timing político, entiende.
Por ello, para evitar conflictos con la 4T, (sobre todo, sabedor de todas las tropelías que se cometieron en su administración), tomó la oportuna decisión de hacer mutis y autoexiliarse en Madrid, desde allá, había permanecido impávido.
Si le dieron para atrás a su reforma educativa, guardó silencio. Si AMLO decidió cancelar el proyecto del AICM, optó por dejar que las cosas las acomodara el tiempo y se sumió.
Los encarcelamientos de Rosario Robles, Emilio Lozoya y Jesús Murillo Karam, no tuvieron los suficientes méritos para que el ‘toluquita’ emitiera juicio de opinión alguno, a pesar, de que los tres fueron colaboradores suyos del primer círculo.
Por ello, el que haya concedido una entrevista al influyente diario español El País, no es una cuestión intrascendente, Peñita busca, con ello, mandar un mensaje cifrado cuando afirma que se fue para: “desvincularse de la vida política mexicana” y para ser “respetuoso con el tiempo” del actual presidente de México”.
Después, agrega, sobre las acusaciones de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito: “Es un absurdo. No he querido dar una respuesta mediática, pero estoy invariablemente atento a responder sobre el origen legal de mi patrimonio”.
El meollo del asunto, al dar una entrevista, se responde en automático: se vinculó a la política de nuevo y, también, se entromete, en los tiempos políticos de YSQ…o sea: el que se lleva se aguanta. Claro, es sólo una especulación.