Yo Campesino / Emperador
• Nada le falta al Duce tabasqueño para, como Santana, declararse emperador
*Miguel A. Rocha Valencia*
En los hechos, en México la norma que vale, no es la de la Constitución o sus secundarios o reglamentarias, sino la Ley del ganso. Como nadie, la chachalaca tabasqueña domina los tres poderes de la (des) unión: él ejerce el Ejecutivo y tiene como súbditos al Judicial y Legislativo.
Cual vil señor feudal, desde su Palacio Nacional que cuesta 75 millones de pesos en mantenimiento, sin contar los 120 millones más de fiestas, recepciones y tamaladas, decide lo que es bueno para los súbditos, lacayos y la fauna que le rodea, incluyendo corcholatas.
Más allá de lo cierto o apócrifo de un libro denominado “Todo el poder al Nuevo Emperador” de un “historiador” Arnulfo M. Licona Ocaña, donde revela supuestos diálogos con el mesías al calor de las cervezas y donde dice cosas de clasemedieros, pobres, ricos y militares, el caudillo de Tepetitán, los conceptos ahí anotados son verídicos.
Es más, hay grabaciones donde se le escuchan expresiones similares respecto al sometimiento de las “masas” pobres mediante dádivas y el intento de desalentar a los clasemedieros aspiracionistas para sumarlos a las huestes dependientes de las limosnas institucionales a través de los programas sociales que al mismo tiempo sirven para sacar dinero efectivo que alimenten las causas de los candidatos de Morena y hacer el “guardadito” del macuspanense.
En un paréntesis, bueno sería saber dónde guarda sus “ahorros” el tlatoani olmeca pues dada su pobreza franciscana, seguramente su salario que sumaría hoy poco más de cinco millones más aguinaldos, prestaciones y donaciones, le aseguran que no se va a ir a la “Chingada” con las bolsas vacías, eso sin contar el fruto de los acarreos en efectivo que probadamente le han hecho y él reconoce.
Retomo el rollín. Total, que respecto a los ricos es lo mismo, les aplica desde el inicio la ley del Ganso traducida en chantajes y amenazas para que le entren con dinero bien o mal habido, ajusten sus cuentas y a los mejores colaboradores los premia con obras presupuestales, como las otorgadas a Grupo Carso e ICA, a otros les da concesiones como los permisos de importación de mercancías, donde se ubica obvio, Walmart y más reciente OXXO.
En el caso de los militares, lo mismo sólo que aquí se le volteó el chirrión por el palito pues no contó con que los de verde y los de blanco dan seguimiento a todo lo que hacen los personajes destacados de la vida nacional y si alguien sabía que don López era un peligro, son los dueños de Lomas de Sotelo. Por eso ya no sólo los tiene contentos con presupuestos y obras sino también con la entrega de administraciones como aduanas, aeropuertos, próximamente los trenes y al parecer, la “administración” del crimen organizado que deja en dólares.
De tal suerte que el supuesto historiador y amigo del mesías tropical, no estaría revelando nada, sino testimoniando algo que vivimos todos los días. Incluso lo del Rey del Cash difícilmente se desmiente pues muchos sabemos incluyendo los antiguos perredistas y los hoy morenistas que la entrega de efectivo de las administraciones bajo su cargo es real. Se conocía hasta el escándalo como cuando muchos diputados decidieron no dar su diezmo para la causa.
Pero desde las delegaciones políticas, descentralizados y centralizados, todos apostaban para la causa del ganso. Lo que sería interesante saber es si esa carretada de dinero negro que incluye recursos presupuestales, actividades informales como el ambulantaje y el descuento salarial a trabajadores, se gastó toda o quedó guardada en algún lugar.
Porque no se habla aquí de maletas de 100 o 200 millones de pesos, sino de miles de millones anuales, donde no se contabilizan los derivados de aportaciones de empresarios como los de Villacero, recolectados por Julio Scherer y los conocidos Esquer, Ímaz, Ligas, etcétera.
Y todo eso para mantener en la cúspide autocrática del “equipo” sumiso a un personaje que sí actúa como emperador, su ley es la que vale, es dueño de vida y haciendas y, sobre todo, sabe lo que quiere el pueblo bueno. ¿O no? Quien no esté de acuerdo, ya sabe a qué le tira, mínimo a que, en la nueva sección para desenmascarar las mentiras contra el jefe, sea empalado, desprestigiado y si es posible, perseguido y encarcelado.
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