Yo Campesino / INE sí
• Insultos y minimización de marcha en favor del instituto revela tamaño, enojo y miedo del ganso
*Miguel A. Rocha Valencia*
Los “otros datos” y epítetos del ganso y sus lambiscones muestran el pavor por dejar el poder y una vez sin él, ser juzgados por el daño que han hecho al país incluyendo destrucción de instituciones, complicidades con el crimen con sus 140 mil asesinatos, el saqueo artero del presupuesto, la crisis económica y desde luego los más de 200 mil muertos por falta de atención médica, fármacos y abandono.
Porque no sólo fueron los cientos de miles que cubrieron paseo de la Reforma desde El Caballito hasta la columna de la Independencia y la plaza del monumento a la Revolución, sino las cuantiosas expresiones en provincia que se manifestaron contra la reforma de la chachalaca tabasqueña que pretende someter los Institutos Nacional y estatales electorales o al Tribunal Federal Electoral, sino también desaparecer por inanición y ausencia de espacios de representación popular de la oposición.
Una oposición que no está a la altura de la manifestación popular que se dio ayer y que le puso muy alta la vara y le exige cumplir con su responsabilidad, ahora sí, histórica de defender a los árbitros electorales y la supervivencia de las mismas organizaciones políticas llamadas partido.
No hubo camiones con acarreados ni tampoco tortas, lonches o consignas partidistas, sólo gritos en defensa de una de las instituciones que, en paradoja, trepó en el poder a quienes hoy intentan dinamitarla para cobrarse supuestos agravios de “antes”. Por eso el enojo, por eso las palabras agresivas, insultos y descalificaciones a ese pueblo que salió a la calle a decir con energía al machuchón de Palacio Nacional ¡No!
Una marcha convertida en fiesta cívica que mereció epítetos, graznidos de un ganso ensoberbecido, iracundo e incendiario que se aprovecha de la tribuna nacional hecha suya para agredir a esos mexicanos que protestó gobernar, respetar, escuchar, garantizarles seguridad, salud, bienestar, progreso y en vez de eso, los insulta por el simple hecho de no estar de acuerdo con la mediatización de los árbitros electorales.
A pesar de la contingencia ambiental que inmovilizó los automóviles de miles incluyendo con holograma 0 y 00, la marcha triunfó, lo hizo al recibir la retahíla de epítetos reprobatorios del profeta cuatrotero quien no se mide en su furia para ofender a los mexicanos que no desean ser sometidos a sus caprichos, le exigen el cumplimiento ya no de sus promesas que resultaron falsas, sino simplemente con la Ley, esa Constitución que tanto le molesta y quisiera verla en el basurero, en especial lo referente a garantías individuales, incluyendo educación y salud.
Los gritos y amenazas se repitieron en sus marionetas, incluso sus corcholatas que con sus ofensas se agreden a sí mismos. Se olvidan que ese pueblo, que muchos de quienes marcharon los llevaron al poder que hoy dejan en manos de un caudillo infame, vengativo, destructor que, hasta hoy, no construye sino daña el tejido social en su afán por confrontarnos y vivir del caos en ese caldo de corrupción denunciado y confesado por él mismo.
En las cinco décadas dedicadas a esta profesión nunca escuché a un jefe del Ejecutivo expresarse así del pueblo, ofender, amenazar, chantajear y atropellar los derechos ciudadanos tan villana, cínica e impunemente.
Dicen los analistas que, en la medida de sus ofensas y amenazas, está el miedo a perder el poder, otros, que ese es el reconocimiento de su fracaso por ignorante y vengativo, por sordo a los consejos de su propia gente, 20 de los cuáles, en el más alto nivel prefirieron dejar la 4T cuando vieron que no iban por el camino en favor de México, desbandada que iniciaron los hoy ex titulares del IMSS y de Hacienda.
El pueblo ya habló, hubo fifís, clases medias, pobre, jóvenes, maduros y ancianos, muchos de éstos que no se conforman con la limosna y exigen dignidad y respeto, servicios como la salud que tanto escasea en ese sector de la sociedad, donde las dádivas no alcanzan para consultas, estudios y medicamentos, menos para sobrevivir.
Veremos si quienes constitucionalmente representan la oposición a los caprichos del régimen son capaces de tener la vergüenza, la estatura para enfrentarse al tlatoani quien seguramente recrudecerá al margen de la ley, con su jauría, la persecución, los chantajes y amenazas para doblar, comprar votos a cambio de impunidad o no ser perseguidos.
Una oposición dividida, debilitada por sus propios vicios y ambiciones que hoy desempeñan un papel de sobrevivencia, de valor personal, de dignidad frente a los reclamos de una sociedad que les exige cumplir con sus responsabilidades para con los electores.
Para esa oposición el trance es de vida o muerte. Si se agachan de todos modos lo van a pagar, si no lo hacen, al menos rescatarán algo de la dignidad perdida por sus robos y excesos. Deberán elegir entre ellos o el país.
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