RELATO
10: 58 a.m. True Heart se despertó a las 8:30 a.m. Y entonces supo que todavía seguía en este mundo, que él siempre había odiado.
Su naturaleza, por ser un presunto Asperger, una y otra vez le hizo sentir querer saber QUÉ ERA ESTE MUNDO EN QUE ÉL HABÍA CAÍDO UN DÍA…
Un mundo que a él siempre le había parecido una cosa extraña, muy extraña y difícil de comprender. Siendo un presunto Asperger, no tenía amigos, no ahora. Y tampoco quería tenerlos ya.
Porque entonces su propia naturaleza era la de estar SOLO todo el tiempo; solo, sí, ¡pero siempre acompañado de sus eternas fantasías, sueños y sentimientos infantiles…!
Y, si había algo que True Heart todavía seguía desando: esto era el tener UN PADRE. ¡Alguien a quien poder AMAR, ADMIRAR Y… ABRAZAR CON TODAS SUS FUERZAS!
Así era como True Heart sentía: de manera muy intensa. Y él nada podía hacer para remediarlo. Porque entonces todo este rasgo era parte de su síndrome, de “ese síndrome loco llamado “Asperger”.
Un espectro del autismo… Nada del otro mundo, pero que, de manera irónica, a True Heart, aquello, siempre, y todo el tiempo, lo hacía sentirse, precisamente, como si él fuese DE OTRO MUNDO.
Un mundo lleno de infantilismo, de fantasías y estrellas fugaces. Un mundo donde él todo el tiempo se la pasaba bailando con el sol, sonriendo con el sol, y dejándose amar por el sol, como él nunca permitiría que “un humano” lo pudiese siquiera intentar: Amarlo.
Porque entonces True Heart estaba muy dañado: Su Corazón, su Heart, ¡estaba muy dañado! Por eso era que ahora, él, solamente quería irse, irse de este mundo, y jamás nunca volver.
Irse junto con su amigo el sol, en la tarde, cuando éste comenzase a huir del día, para luego, después irse “a otra parte”.
True Heart quería eso. Irse junto a su amigo el sol. Irse lejos de esta tierra. ¡Irse! Pero todavía no podía hacerlo. Así que, para no estar o sentirse triste, él, esa mañana de domingo de noviembre del año 2022, se levantó, se colocó los audífonos en sus oídos y…
Saliendo hacia la puerta de la casa donde siempre había vivido, pero sin vivir de verdad, irguió su cuerpo largo y delgado, alzó la cara y… Mirando a su amigo el sol, ¡se puso a bailar con él!
True Heart, a pesar de haber estado muerto toda una eternidad, esta vez, pudo sentirse un poco vivo. Balanceando su cuerpo y sus pies, de un lado hacia el otro, de manera suave y hermosa, se abrazó a sí mismo, y luego se acarició también su alma y su cuerpo herido…
Su amigo el sol, sin dejar de brillar jamás, bailó y bailó con él, una canción hermosísima, llamada: “LOVE TOO LONG”, de Jamie B.
Y True Heart fue feliz. Por vez primera en toda una eternidad, su ser al fin pudo experimentar algo de paz, alegría y compañía. Porque entonces él, al fin había encontrado ¡a alguien!, un amigo al cual abrazar y… alguien con quien bailar, cada vez que su corazón se sintiese triste… y solo.
Anthony Smart
Noviembre/13/2022