La exdefeña Sara Lovera es una de las pioneras del periodismo en México: en aquellas redacciones o foros de radio y televisión de hace unas cuantas décadas la presencia de mujeres se contaban, Sara entre ellas, con los dedos. Ahora cumple una carrera de 54 años en diversos medios –en varios ha sido fundadora- siempre en favor de las clases marginadas y particularmente en la reivindicación de los derechos de las mujeres en el país y sin exagerar de muchas partes del mundo, dada su participación activa en congresos, conferencias, seminarios, manifestaciones, entrevistas, reportajes, ensayos .
Wikipedia señala: En su vida tiene más de 30 reconocimientos y premios, entre los que destacan el Hermila Galindo de la Comisión de Derechos Humanos de Distrito Federal; la medalla Josefa Ortiz de Domínguez y el Premio Nacional de Periodismo 2015 por su trayectoria. En el 2005, fue nominada al Premio Nobel de la Paz, entre otras mil mujeres del mundo.
Aquí una breve semblanza de su existencia.
Carlos Alberto Duayhe
-Sara ¿Qué recuerdas de tus inicios en tu ya extensa carrera periodística?
-Tenía 19 años cuando entré al diario El Día. Recuerdo con mucho cariño mis primeros 4 años de aprendizaje. Ahí encontré mis primeras y primeros mentores. Me emocionó mucho cubrir la fuente universitaria. Me dijeron en El Día que, de ahí, de la UNAM, saldrían los hombres y las mujeres que más temprano que tarde dirigirían este país. Además, tuve oportunidad de terminar mi aprendizaje escolarizado. Ahí empecé a conocer el valor de la literatura, la ciencia política y los primeros estudios sobre la mujer. Realmente mis primeros 4 años de trabajo fueron determinantes.
-¿Qué personalidades marcaron tus vivencias?
-Entre ellos Javier Romero, Luis Sánchez Arreola, Ma. Luisa La China Mendoza, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Manuel Buendía, Enrique Ramírez y Ramírez. En El Día había un ambiente de comunicación y aprendizaje. Me enseñaron a reportear, a pensar, a querer a esta profesión como la quiero. Sánchez Arreola me enseñó cómo ver en la calle, la noticia. Fundamental en mi vida, Adelina Zendejas, ella me enseñó cómo mirar a las mujeres y ver en ellas una inagotable fuente de información. Una verdadera aventura laboral e intelectual.
-¿A qué otras personas recuerdas con mucha estima?
-¿En el periodismo? A Javier Romero, a Miguel Ángel Granados Chapa, a José Reveles, a la China Mendoza, en ese terreno. Con gran admiración a Laura Castellano, a Sonia del Valle. Pensando en las mujeres a Marcela Lagarde, a Teresita de Barbieri, a Josefina Chávez, a Rosario Ibarra de Piedra y desde luego a Adelina Zendejas (feminista/comunista/ trabajadora social, mi principal mentora y mi amiga 25 años, me enseñó todo lo que sé).
-¿Qué experiencias profesionales han determinado tu carrera y tu vida?
-Varias. No sé por dónde empezar.
1970, la Ley de Población
Una experiencia que marcó mi destino: el nacimiento del nuevo movimiento feminista. Como reportera asistí a sus primeras marchas y demandas en 1970. No he dejado de vivir ese proceso, como periodista, como testigo de muchos acontecimientos. Por eso, asistir al Congreso a la discusión de la Ley de Población, donde se derribó la prohibición del uso de los anticonceptivos y se discutió la muerte de las mujeres por aborto (1974), me enseñó el valor de la libertad de las mujeres.
Entrevista al general Lázaro Cárdenas
Tuve el privilegio de entrevistar al general Lázaro Cárdenas del Río, viajé con él en septiembre de 1970, murió el 19 de octubre, así que fui la última periodista que lo entrevistó. El Día me dio una medalla y aquella entrevista -no era la gran cosa- sirvió de base a su testamento político que se lee cada 19 de octubre en el Monumento a la Revolución.
La Fundidora de Monterrey
Una experiencia retadora fue la zaga de la lucha de las trabajadoras (10 años en La Jornada cubriendo el sector laboral); Me tocó cubrir el cierre de Fundidora de Monterrey que sucedió la noche del 9 de mayo de 1986. ¿Cómo contar eso? Cuando los trabajadores que ya no pudieron entrar a su trabajo, se movilizaron, hicieron protestas y lo sensacional e histórico: quemaron todas sus credenciales del PRI, en la Macro Plaza de Monterrey, ahí algo cambio. Volví un año después a ver qué hicieron con sus indemnizaciones, una lección que se sintetiza en las palabras de un hombre: “Mire señorita, yo era pailero, ahora saco borrachos de mi pequeña cantina: perdí mi dignidad”.
Luchas de trabajadoras
También cubrí la huelga histórica del SME (1987); atestigüé la organización de las Costureras (1985-86), y ahí improvisé porque las ayudé a hacer sus boletines, para explicar cómo sus patrones en pequeños talleres, las hacían trabajar para las grandes marcas de la industria del vestido.
Berlín, 1990
Y por último haber podido estar casi un mes en Berlín, en febrero de 1990. ¿Cómo contar lo que vi y asistí en las primeras semanas del derrumbe de Alemania Socialista, una experiencia periodística fundamental. Una aventura periodística que se unió a mis inclinaciones ideológico/feminista, fue la dirección y edición 11 años del suplemento Doble Jornada. Una meta inimaginable.
-¿Qué expectativas enfrentas en la era digital y cómo se aprovecha?
-Pocas, he llegado al séptimo piso. No sé hacer otra cosa que periodismo. Tengo muy pocas expectativas porque ya hice mi carrera. (Trabajé duro más de 40 años en todos los medios y no me fue mal). Lo que más me gusta es que no me da miedo, sino que lo digital ha permitido que ya a mi edad y fuera de lo que se llaman “grandes medios”, me da oportunidad de seguir. Pero si consideras que, en mis 54 años de vida profesional, hice de todo, no me asusta seguirlo haciendo. Claro que estoy entusiasmada con el Consejo Editorial de Género de la OEM, (LOS SOLES), es como una segunda Doble Jornada. Me encanta, entre otras cosas porque volvía, luego de 20 años, a sentir el diarismo, de otra manera y sigo emocionada con ganar la nota, lo digital de El Sol me permite estar al día, en la dirección de mi portal SemMéxico, que sigue haciendo aportes a la discusión de la política de género. ¿Sabes que me encanta? Que las colectivas hacen lo suyo, con mucha más efectividad que nosotras, también en el amplio campo de la comunicación. Pienso que hay siempre personas que te pueden leer, hasta por casualidad y pueden encontrar conocimientos y respuestas a sus preguntas. No sólo las mujeres, sino tantos jóvenes que pueden salvar a este mundo convulso, confuso.
-¿Y de las redes sociales, qué impresión tienes?
Poco. ¿sabes por qué? Porque son igual, el mismo instrumento para que unos o unas digan a quienes creen igual que ellas o ellos, y lo que queda pendiente es eso en lo que pensamos -como digo arriba-, que es posible influir en un gran público. No son las redes sociales, como ahora funcionan, para eso y son al mismo tiempo una gran posibilidad. Veremos.
Sara Lovera dirige la agencia Servicio Especial de la Mujer (SEM) México y escribe la columna Palabra de Antígona. Aquí algunos datos relevantes de este medio:
SEMlac/SemCuba/SemMéxico es la única agencia informativa regional en América Latina y el Caribe, con perspectiva de género, que produce informaciones locales en Cuba y México.
Es una opción informativa, profesional, que desarrolla un periodismo desde las mujeres y con una perspectiva de género. Nuestra información se transmite en formato digital, con tres portales o plataformas informativas; distribuye cuatro newsletter cada semana, de América Latina, los lunes; de Cuba, todos los martes y de México, lunes y jueves, y especiales cada que es necesario.
Se fundó hace 37 años. Actualmente tiene 3 mil 477 suscripciones de 9 países en Europa; 5 en Asia y 23 de América Latina, que corresponden a medios impresos, radiales, de televisión, portales digitales y redes sociales.
Realiza otras actividades: apoyo a difusión para instituciones públicas y privadas; investigaciones especiales para agendas/calendario; libros; edición de materiales; síntesis; videos; diseño gráfico de materiales; boletines especiales y talleres de género y comunicación; género y lenguaje; derechos humanos y protección de la libertad de expresión.