La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En Dos Bocas hay agua por todos lados menos en el ‘tinaco’ de la encargada
No hace mucho, comentamos que salvo que ocurriera un gran imponderable, la zacatecana Rocío Nahle, se perfilaba como la abandera de la 4T para contender por la gubernatura de Veracruz en 2024 y, todo indica, que el entuerto se está gestando.
En reciente gira por Veracruz, el presidente López Obrador, soltó una frase lapidaria dirigiéndose al gobernador Cuitláhuac Gutiérrez: “Rocío está terminando la refinería de Dos Bocas. No viene aquí a Veracruz, ¿verdad?”.
Usando un lenguaje críptico, propio de los Tlatoanis, AMLO le dejó la papa caliente al Cui, quien es el porrista número uno de la señora Nahle: mientras no entregue cuentas (buenas, por supuesto) del proyecto Dos Bocas, la hipotética candidatura de la secretaria de Energía está en veremos.
Sin embargo, después matizó, al aclarar que la decisión se tomará con el método de encuestas y agregó: “Pues todos los que deseen participar lo pueden hacer, tienen derecho, porque yo no voy a nombrar, no voy a designar, no va a haber “dedazo”.
En términos prácticos, de acuerdo a información verificable, en la faraónica construcción de Dos Bocas no se ha producido un litro de gasolina, caso contrario, se han generado muchos millonarios merced a la corrupción denunciada, además, el costo se ha disparado en demasía, nada que ver con los ocho mil millones de dólares notificados en un inicio.
Así pues, las cenagosas tierras, podrían convertirse en la tumba política de la otrora favorita, le pueden perdonar todo, menos que lleve al fracaso una de las obras insignia de la 4T, justamente, la elegida para los paisanos del ‘preciso’, con los tabasqueños no doña Chío.