Yo Campesino / Fuera de sí
• Sin freno el ganso se viste de porro y embiste a la oposición, se olvida que es presidente
Miguel A. Rocha Valencia
Bueno, en realidad el ganso nunca se asumió como presidente de México, sino que se mantuvo como líder de un movimiento político denominado Morena al cual, para consolidarlo, utiliza todos los recursos del Estado incluyendo dinero y poder, además de otros como corrupción, impunidad, amenazas, chantajes, así como el empleo de instituciones para acabar con sus adversarios.
En realidad, al mesías tropical poco o nada le importan los mexicanos, para él, sólo cuenta en número de sujetos que lo respalden y los que se pueden comprar con dádivas o coacción; los otros, son traidores a la patria, por no decir a su causa.
De ahí que su mal humor aumente cuando esos mexicanos que para él no lo son, se atreven a ejercer sus derechos constitucionales, como lo hicieron los “marchantes” del 13 de noviembre que sin acarreos alcanzaron los 800 mil ciudadanos quienes dijeron “no” al profeta de la 4T.
Y fue entonces cuando el “me canso ganso” y el “yo mando” se impusieron a la responsabilidad de gobernar y se endureció el discurso, se llamó traidores a detractores, diputados, senadores, sociedad civil, periodistas, analistas políticos y demás.
Resucitó el chantaje como mejor arma para doblegar conciencias, comprar votos en el Congreso federal como en el tema de la Guardia Nacional y se insistió en apurar las acciones de choque y la compra de conciencias. Se dieron tiempo para lograrlo.
Y en eso estaban, pero al ver que no conseguían resultados, se añadió la estrategia de siempre si presentar la reforma constitucional en materia electoral y una vez superada y sin conseguir la mayoría calificada se optó por el plan “B” para chicanear la Constitución, confiando en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sometida a los caprichos del tlatoani, convalide la asonada contra la legalidad.
Tal vez ya no le alcance al lacayuno Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, pero seguramente estará la decepcionante Yasmín Esquivel Mossa de Rioboó a quien todo parece indicar, se le impondrá como presidenta de la SCJN y de la Judicatura Federal, con lo cual encabezará uno de los mayores fraudes en la historia de la justicia en México y la caída de un poder constitucional sometido al Ejecutivo.
Por lo pronto, Alejandro Moreno resistió y junto con las demás fracciones opositoras impidieron que en San Lázaro se autorizara la reforma electoral del mesías al no lograr la mayoría calificada con un score de 269 votos a favor y 225 en contra más una abstención.
Claro, en el rollo del plan B, esos números serán suficientes para alcanzar la mayoría simple que permitirá al Ejecutivo sus reformas a leyes secundarias donde incluso “desaparecerán” áreas inexistentes en el INE, todo para escamotearle al menos otros tres mil 600 millones de pesos.
Lo cual implica que, en fondo, se intenta ahogar al Instituto Nacional Electoral, quitarle recursos para atender coberturas, así como “aplanar” a los institutos locales, aunque para el gobierno es “compactar” y ahorrar.
Pero no se reduce el número de legisladores ni se cambia el nombre del INE ni tampoco se bajan los recursos asignados a partidos ni tampoco se deja sujeto a una convocatoria popular a los integrantes del propio Instituto.
El caso es que “algo va a sacar” el caudillo de Tepetitán y aunque no es la “enchilada” completa, obtendrá más recursos para comprar votos, quisiera más incluyendo la reducción de las salas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, porque a estas alturas en que está demostrado su fracaso como gobernante, cualquier voto adicional a su favor le costará dinero.
Su cobertura de programas clientelares ya se acerca a los 30 millones de agradecidos mexicanos por “ayudarlos” a vivir en la mediocridad, en la miseria y la dependencia del “papá gobierno”. Así la presión de los aspiracionistas no será mayor.
Y es que las cuentas no cuadran. Seguramente el déficit previsto para el año próximo será superior a los 1.2 billones de pesos por la falta de ingresos y entonces se necesitará muuuuchos dinero para repartir e intentar con ello conservar a la 4T en el poder. Se ve difícil, pero lo intentará, si no, seguramente ya tienen su “plan B”.
Porque debemos olvidarnos de crecimiento. En el mejor de los casos tendremos un retroceso del PIB de casi tres por ciento al final del sexenio, hecho que no ocurría desde el mandato de otro que no debió ser, Miguel de la Madrid Hurtado. La recuperación a niveles de 2018 se esto cambia, llegará hasta 2027, según los analistas.