Por Jessica Romero
El cierre del año es el escenario natural para hacer el recuento de lo acontecido en la pasada vuelta al sol.
El 2022 nos encontró, yo diría, desconcertados. Al cabo de casi dos años de una pandemia mal manejada por el gobierno, los ciudadanos no podíamos creer que nadie hiciera nada al respecto. Nos indignábamos desde la comodidad de la inacción.
Habíamos sido una sociedad civil apática hacia la política. Durante décadas los gobiernos nos dejaron bien amaestrados con base en “pan y circo”. Ese hijo parido por la Mujer Dormida se había convertido en un jóven indolente.
Las decisiones que López Obrador comenzó a tomar cuando asumió la presidencia en 2018 atrajeron la atención de los ciudadanos. Pero tuvimos que sentir una grave amenaza para que por fin hiciéramos algo.
En enero de ese año Carlos Loret de Mola presentó el reportaje sobre la Casa Gris que evidenciaba la incongruencia de AMLO. López Obrador respondió con una serie de ataques desde Palacio Nacional que fueron escalando hasta llegar a hacer público el monto de los ingresos del periodista. Era una estocada contra Loret pero sobre todo una muestra de lo que era capaz el presidente contra quien lo exhibiera. Una afrenta a la libertad de expresión que nos sacudió.
En Sociedad Civil México convocamos a un Space en Twitter que reunió a más de 60 mil personas. El hashtag #TodosSomosLoret se convirtió en la metáfora de la defensa de la libertad de expresión. Al día siguiente cerca de medio millón de ciudadanos lo habíamos participado o escuchado y nos dejamos de percibir como individuos para sabernos colectivo. Habíamos despertado.
Durante los siguientes meses pasamos de habernos unido a estar organizados. Nos apoderamos de la moratoria constitucional propuesta por el diputado Ignacio Loyola Vera. Construimos el mecanismo para la integración con diputados y senadores de oposición que conseguiría el rechazo a la reforma eléctrica.
Más adelante conformamos Unid@s, que el 11 de octubre salió a la luz no solo como la aglutinación de organizaciones, sino como la plataforma que permitiría crear un plan ciudadano de nación. A un mes de su conformación, Unid@s convocó a la marcha ciudadana llevada a cabo el 13 de noviembre pasado. De nueva cuenta una amenaza desde el Ejecutivo, esta vez contra el Instituto Nacional Electoral (INE), azuzaba al colectivo ciudadano que con cada provocación se fortalecía.
Hoy ya no hay marcha atrás. En palabras de mi abuela, “a grandes males, grandes remedios”. La ruta que el presidente López pretende tomar rumbo a 2024 es ese gran mal ante el cual la unidad ciudadana se convierte en el gran remedio.
Recibiremos al año 2023 cada vez más fuertes y listos para seguir creciendo, espabilados, con el futuro del país en nuestras manos. Hasta donde tope.
Sobre la autora:
Jessica Romero es filántropa por convicción y escritora por vocación, además de ser consultora, profesora y creativa. Desde hace más de 20 años realiza la labor de comunicación escrita como parte de sus actividades profesionales.
Voluntaria en emergencias y desastres. Tuitera nativa desde septiembre de 2009 con la arroba @estilografa, es integrante del equipo de Sociedad Civil Mx desde su origen.
Optimista incurable, está convencida de poner un granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor.