• Anuncian apoyos, pero sólo de saliva
• Ni créditos, ni mucho menos baratos
El escribidor necesitó un dispositivo móvil y tuvo que comprarlo en un puesto que por supuesto no era subterráneo, de esos que se instalan a la salida de la estación del Metro Juárez. Pagó con un billete de 200 y el vendedor tuvo que realizar una peregrinación de media hora para que algún competidor le cambiara el billete.
Debería de traer un fondo para dar cambio, se le comentó. Ay, señor. No hay dinero. No hay circulante. El gobierno no se decide aún a gastar y los micro empresarios estamos sufriendo porque no tenemos liquidez y mucho menos crédito o apoyos financieros de la banca del gobierno o de la privada. Y así estamos inmensa mayoría.
Y así está la inmensa mayoría de las Mipymes. Los 5 millones 200 mil empresas que mueven la economía mexicana están padeciendo el calvario de la ausencia de financiamiento o crédito bancario, a pesar de que la actual administración ha dicho que está impulsando el crecimiento del crédito bancario y su abaratamiento.
Los únicos ganones en esta economía de guerra que estamos viviendo en México, en medio de balaceras, asaltos en despoblado y secuestros y asesinatos, son los grandes pulpos de la producción, y que no representan ni el 1 por ciento del total de las empresas de la economía mexicana. Hablo de los Bimbos, de las Femsa, de las ICAs, de las grandes cerveceras, y por supuesto de las industrias automotrices. Y por supuesto de los mismos usureros institucionales.
Los micros, pequeños y hasta los medianos empresarios andan por la calle de la amargura, ante un discurso gubernamental que se antoja puro populismo financiero, que dice que hace pero no hace, que dice que ya se gastó el 99 por ciento del presupuesto asignado, pero cuyos efectos no se palpan en la economía real. Y que dice que apoyará, que está apoyando, pero de tales apoyos nadie sabe.
Simplemente, un ejemplo muy concreto. El Instituto Nacional del Emprendedor dispone de un presupuesto de 3,500.000,000 de pesos para financiar a las Mipymes que sean candidatas elegibles por sus posibilidades de desarrollo. Pero este presupuesto resulta irrisorio, ya que la demanda de financiamiento de una gran cantidad de empresarios ha ascendido a aproximadamente 22,500.000,000 de pesos. O sea que la inmensa mayoría de micro, pequeñas y medianas empresas se quedarán como el chinito: “Milando” pasar los recursos. Porque nada más no hay para más.
El año pasado, en la administración de los políticos malditos, el presupuesto para financiar a las Mipymes fue del doble – 7.5 mil millones -, pero el gobierno de Peña Nieto tuvo que crear el Instituto Nacional del Emprendedor porque descubrió muy malos manejos en la administración del Fondo Pyme, inclusive desvío de recursos, una noticia que no ha trascendido probablemente para no seguir echando mierda a la memoria del michoacano.
Lo más preocupante es que el gobierno de Peña Nieto ha creado enormes expectativas y ha impregnado de confianza a muchos sectores de la economía, pero más temprano que tarde tendrá que enfrentarse a la decepción, al desencanto, y a la irritación de micro, pequeños y medianos empresarios, como ya está ocurriendo en otros frentes de la vida nacional como el manejo de la seguridad pública, o la promesas no cumplidas y que eran, como dicen en el lenguaje legislativo, de urgente resolución.
La próxima semana se realizará en el centro de convenciones que es como tribuna del Hipódromo de Las Américas, en Lomas de Sotelo, una llamada Semana del Emprendedor, organizada por el instituto a cargo de Enrique Jacob, un evento empresarial que continuará creando expectativas entre muchos, ilusiones que se enfrentarán a la desilusión porque en los estands de la exposición les ofrecerán el oro y el moro para crecer como empresas y a la hora de la hora será muy poco lo que recibirán. El cuento de nunca acabar.
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