Eduardo Sadot
Es clarísimo que la ministra Yasmín Esquivel Mossa no se manda sola, es una pieza clave del presidente obrador en la Suprema Corte, más cuando han de darse una lluvia de amparos y controversias constitucionales sobre varias materias, entre ellas el plan “B” para dinamitar al INE. Pero evidenciar así su relación con el ejecutivo lo expone y se expone ella más aún de lo que se ha venido manejando en medios.
En entrevista de banqueta concedida al reportero Amílcar Salazar de Milenio, desde su vehículo la ministra Esquivel – dijo – “Desde hace 35 años tengo una carrera impecable, tengo una carrera en la que no tengo nada de qué avergonzarme, y continuaré por supuesto trabajando intensamente, participaré en la sesión de hoy y en todas las subsecuentes y hoy más que nunca, por la dignidad de las personas, defendiendo la Constitución y los derechos humanos, así como los principios democráticos de México, nada de qué avergonzarme y trabajaré intensamente en todo éste proceso de cambio que necesitamos y de independencia en el poder judicial de la federación, esa resolución que no comparto evidentemente, no existió un procedimiento, no hubo una valoración de las pruebas que determinan contundentemente que la Tesis es de mi autoría y por supuesto, ni siquiera he sido notificada de ningún dictamen ni de ninguna acta, rechazo absolutamente la determinación del comité de integridad de la FES de Aragón”
Las evidencias del plagio de la tesis de licenciatura de la ministra Esquivel hacen inaceptable desde el punto de vista ético que permanezca formando parte de un cuerpo colegiado, acaso no siente que su presencia expone al escarnio público a la totalidad del cuerpo colegiado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación – así sin “H” – porque mientras uno de sus miembros sea señalado por haberse conducido con falsedad en la obtención de su título de licenciado en Derecho, la “H” queda temporalmente excluida, el silencio es cómplice.
Debo confesar que poco he tratado a la ministra Esquivel, como persona no me desagrada, antes por el contrario, me provoca sentimientos de compasión, pues entiendo que verse sometida a señalamientos públicos debe ser un suplicio para cualquier persona, haya incurrido o no en una conducta ilícita, todo abogado que en el ejercicio de su profesión haya estado en contacto con alguien que haya delinquido, independientemente del delito cometido, en corto, de frene a frente, con la persona, experimenta un sentimiento de compasión indescriptible, porque está uno tratando con un ser humano, es curioso, pero a veces charlar con alguien por delincuente que sea, genera simpatía, surgida de la más profunda fibra humana, tanto, que el peor de los delitos cometido por un delincuente no basta para despertar odios, cuando se está de cerca, con la persona, fuera de ésta consideración, la ley es la ley – aunque para cualquier dictador sea un dique para hacer lo que le venga en gana – sin embargo la entrevista difundida donde la Ministra dice que no se avergüenza de nada y argumenta – argumento chicanero – que no le han dado la oportunidad de defenderse en la FES Aragón con una actitud de arrogancia y retadora que se traduce en “Sí y qué” no exhibe ninguna prueba en su favor, el procedimiento seguirá, el capricho de palacio está en el aire y su venganza contra la UNAM puede ser que esté en marcha.
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