Documental Político
Emilio Trinidad
Desbordado y atropellado por sus propios impulsos, que lo llevan a elogiar de forma grotesca a su consentida, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Andrés Manuel López Obrador no repara en que tanto aplauso y defensa para ella, lejos de ayudarla y blindarla como imagina, la pone día con día en el ojo del huracán y la convierte en el blanco de ataques de quienes dentro de Morena, se saben con desventaja frente a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Un día sí y otro también, el presidente la pondera, destaca su trabajo y lealtad y justifica la presencia de la Guardia Nacional en el Metro para que no siga sumando muertos y heridos en ese, el más importante medio de transporte de la capital del país.
A él no le preocupa mostrar su profundo afecto por ella, lo que ha provocado que dentro y fuera de la administración pública federal y en la mayoría de los estados, la opinión mayoritaria coincida en que es ella y nadie más la carta a jugar en el 2024 y que al sumar a Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y recientemente pero con claro malestar y descontento a Ricardo Monreal Ávila, no es más que otra de sus infinitas simulaciones para intentar hacer creer que será una encuesta y no su dedo, la que decidirá la figura a impulsar para el sexenio siguiente.
El mañoso tabasqueño insiste en que ya se acabaron los tiempos en los que el presidente en turno decidía su sucesión pero nadie toma en serio su falso mensaje, porque en el supuesto caso de que la encuesta la ganara el senador zacatecano, no lo dejaría pasar.
Tan apurado y preocupado se encuentra López Obrador por la caída en las simpatías ciudadanas de Claudia Sheinbaum, que apenas ayer anunció que el viernes su mañanera será nada menos que en las instalaciones del Antiguo Palacio del Ayuntamiento para que -dice él- la Jefa de Gobierno informe sobre los avances en la investigación y mantenimiento del Metro, así como de las pesquisas a los autores del atentado contra el reconocido periodista Ciro Gómez Leyva, y en ese afán por hacer ver grande y fuerte a la delgada funcionaria, expuso que la delincuencia en la capital con ella al frente, ha disminuído mucho más que en los gobiernos pasados, incluido el de él.
Todo lo anterior no es más que su urgencia por blindar y arropar a doña Claudia para que siga arriba y “no se hagan bolas”.
Pero si como dice el Ejecutivo federal habrá piso parejo para sus “corcholatas”, entonces en siguientes días, estará anunciando una mañanera en Gobernación y otra en Relaciones Exteriores para que Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard, puedan también informar sobre algo de lo mucho que les encarga y hacerlos creer que en verdad tienen posibilidades.
En el Senado no podría hacer nada parecido a eso con Monreal Ávila porque es otro Poder, aunque quiera someterlo a sus caprichos a como dé lugar.
Andrés Manuel López Obrador se ha destacado por decir una cosa y hacer y ordenar otra, por lo que es muy claro que esa instrucción a los gobernadores emanados de Morena para que inviten a los aspirantes a sucederlo, no es más que una enésima simulación de apertura y piso parejo, y en el caso de Monreal, quizás una trampa para que infiltrados a sus actos griten #EsClaudia o #EstamosAgusto.
A Marcelo Ebrard y al líder del Senado los tendrá amarrados con la ilusión de ganar lo que él y nadie más que él decidirá, y ya que las oposiciones tengan candidato, entonces les dirá que gracias por participar y que será para la otra. Y lo peor es que ambos lo saben.
Con Adán Augusto hay voces que juran estar bien enteradas y que a él le permitirán seguir en el gabinete de Sheinbaum y le entregarán la gubernatura de su natal Tabasco, dejando como candidata al gobierno estatal a su hermana Rosalinda Hernández López, que además es esposa de Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas.
De esa forma, en el reparto del botín -perdón- de algunas candidaturas a los gobiernos de los estados que estarán en juego en el 2024, pesarán las opiniones de AMLO, Adán Augusto y Claudia Sheinbaum Pardo.
El tiempo corre muy aprisa por lo que muy pronto veremos cómo desgrana la mazorca el más mentiroso de los presidentes.
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