* Resulta obvio suponer que Alejandro Encinas está mayormente preocupado por su posición política y la respuesta pronta a los requerimientos de su señor, que por el cumplimiento puntual de su responsabilidad y por la cual recibe su salario, con el complemento adicional de una subsecretaría para su hijo
Gregorio Ortega Molina
Este gobierno y los tres anteriores -los del supuesto cambio- ni idea tienen de cómo y por qué desaparecen tantos mexicanos y además dan con sus huesos en las fosas clandestinas. ¿Existe un inventario? ¿Se les ha ocurrido hacer un mapa que establezca la ubicación de las ya detectadas, y las zonas susceptibles de estar trufadas de cadáveres y despojos humanos?
De no ser por las “madres buscadoras” que infatigables recorren zonas susceptibles de ocultar fosas clandestinas, en esta nación nada se haría para buscar y encontrar a los desaparecidos, vivos o muertos. Los grupos de mujeres o las que solas se esfuerzan por conocer el destino último de sus seres queridos, de sus hijos, lo hacen con riesgo de sus vidas. ¿Sabemos a cuántas han asesinado?
¿A quiénes molestan que ordenan matarlas? ¿Qué es necesario ocultar? Lo terrible es que los gobiernos estatales y el federal no se coordinan y nada hacen para protegerlas y servirse, bajo el amparo de la ley, de ese esfuerzo que las autoridades se niegan a reconocer e impulsar. Si no pueden los que manden, que se ayuden de esas madres mexicanas y centroamericanas que sólo viven para encontrar los cuerpos sin vida de sus hijos.
Ahí están las fotografías y las imágenes que se muestran en los medios y ocupan mucho espacio en las redes sociales. Los rostros de esas mujeres muestran la angustia que destruye su razón y disminuye la fortaleza física. No les importa si hace calor o frío. Recorren esos campos con varas en las manos para sondear los lugares susceptibles de haber sido usados para ocultar el resultado de la violencia, o del tráfico de órganos, o la trata, o la venganza, pero sobre todo el incumplimiento constitucional de las autoridades cuya responsabilidad es proteger la vida y dar seguridad a los mexicanos.
¿Cómo apoyarlas, o garantizarles seguridad, ofrecerles techo y alimento, y servirse de su empeño por encontrar los cadáveres de esos seres queridos que se fueron sin decir adiós?
Resulta obvio suponer que Alejandro Encinas está mayormente preocupado por su posición política y la respuesta pronta a los requerimientos de su señor, que por el cumplimiento puntual de su responsabilidad y por la cual recibe su salario, con el complemento adicional de una subsecretaría para su hijo.
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@OrtegaGregorio