Lilia Arellano
“Si me quedara callado, sería culpable de complicidad”: Albert Einstein
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Ciudad de México, 14 de febrero de 2023.- Lo único claro en el juicio a Genaro García Luna en la Corte de Distrito de Brooklyn, Nueva York, es la colusión de los gobiernos federales de México con las organizaciones criminales, por lo cual es difícil hacerles frente a nivel local e internacional. El desprestigio de las últimas administraciones federales es irreversible e innegable y se tiene la percepción de estar las autoridades infiltradas y controladas por criminales e impera la deshonestidad y la pudrición política. Sin importar el resultado del juicio, la imagen de México, en donde las autoridades del más alto nivel se coluden con el crimen organizado, así como del sistema de justicia, donde impera la impunidad, queda muy deteriorada.
Los crímenes registrados en las últimas horas dan cuenta del empoderamiento y de la forma en la cual las mafias se saben protegidas. Asesinaron a cuatro inspectores de la tesorería de Playa del Carmen en Quintana Roo, 48 horas después ultimaron a 3 de los hijos del alcalde de Santiago Amoltepec en Oaxaca. Sobre el primero, el fiscal del estado Oscar Montes de Oca al reportar sobre estos crímenes reconoció la inexistencia de registros, permisos, licencias de operación de bares como La Cueva. En una zona apartada en donde está el lugar se requiere de considerarse kamikazes para acercarse a sabiendas del cobro por derecho de piso exigido en estos lugares y no precisamente en los apartados sino en el centro.
El gobernador de Oaxaca ha salido a presentar o a dar líneas de investigación señalando se trata de crímenes de odio de opositores y, por supuesto, hace el compromiso de “llegar a las últimas consecuencias” con el consabido “caiga quien caiga”. En pleno palacio municipal de Santiago Amoltepec se llevó a cabo el tiroteo en el cual resultaron muertos estos tres jóvenes y hay otro número indeterminado de heridos. Salomón Jara se unirá al discurso de culpas del pasado y Alejando Murat será al primero a quien le apunte y así le quita al presidente la monserga de escuchar las quejas del ex mandatario oaxaqueño enviadas con la exigencia de “que cumpla” el acuerdo pactado, o sea, empujarlo a ser el candidato del tricolor a la presidencia.
Así, en tanto en nuestro suelo se ligan los crímenes con las mafias y los políticos, presenciamos como no es la primera vez en donde desde una corte de Estados Unidos se dan a conocer las corruptelas cometidas. En el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quedaron en evidencia las autoridades mexicanas y su apoyo al Cártel de Sinaloa. También está reciente el caso del general Salvador Cienfuegos, acusado por la fiscalía de cohecho y narcotráfico, y quien semanas después, luego de una intensa presión del gobierno de López Obrador, los fiscales retiraron los cargos y fue liberado. Las autoridades judiciales y militares exoneraron a Cienfuegos y no se habló más del asunto.
Durante los 26 días del juicio contra el ex secretario de Seguridad Pública del ex presidente Felipe Calderón han abundado por parte de los testigos de la Fiscalía los relatos acusatorios, pero sin pruebas tangibles de la corrupción e impunidad existentes, se dice, en las más altas esferas del gobierno mexicano desde los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, pasando por el de Enrique Peña Nieto y hasta del actual presidente, cuyo régimen en su momento será enjuiciado también dentro y fuera del país, así lo marca la experiencia.
Las posibilidades de declarar culpable a García Luna, un personaje clave en la estrategia de seguridad de los gobiernos panistas, es lo más claro; considerarlo no culpable es una probabilidad reducida pero no inexistente por los alegatos de todos los testigos desde Jesús “El Rey” Zambada, Edgar Veytía, ex fiscal de Nayarit; Sergio Villarreal, operador del Cártel de los Beltrán Leyva, o Héctor Villarreal, ex tesorero de Coahuila, entre otros, quienes tienen todas sus acusaciones “de oidas”. De acuerdo a lo narrado por estos personajes, los 12 miembros del jurado saben que García Luna es culpable, el problema es la inexistencia de pruebas suficientes para sentenciarlo. Además, el uso excesivo de testigos criminales por parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos complica la posibilidad de sustentar las acusaciones hechas en su contra: tres cargos de conspiración para cometer narcotráfico, un cargo de crimen organizado y otro más por falsedad de declaraciones ante autoridades estadounidenses.
García Luna podría ser declarado culpable, pero también inocente. El ex secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Calderón Hinojosa se ha negado a declarar en el juicio en su contra con lo cual no niega ni confirma dichos cargos. Al no hablar evita que alguna declaración pudiera demeritarlo o tratar de resaltar alguna irregularidad o coincidencia con lo dicho por los testigos. Al no haber pruebas concretas en su contra más allá de los alegatos verbales, no confirma ni niega nada. Sea cual sea el resultado del juicio, Genaro García Luna podría permanecer en Estados Unidos bajo la figura de testigo protegido, con lo cual podría obtener una nueva identidad y evitar el regreso a México, donde enfrentaría también cargos criminales por el ingreso ilegal de armas y licitaciones penitenciarias, así como por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
Los procesos en México contra García Luna están relacionados con el fallido operativo federal estadounidense conocido como “Rápido y Furioso”, el cual salió a la luz tras la muerte del agente fronterizo Brian Terry a finales de 2010. Este operativo se desarrolló entre 2009 y 2011 cuando agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF por sus siglas en inglés) permitieron la salida de 2,500 armas ilegales a México para rastrear las actividades de los cárteles de la droga a través del armamento. La agencia le perdió la pista a la mayoría de las armas, incluidas dos posteriormente encontradas en el lugar en donde Terry fue asesinado al sur de Arizona.
El ex funcionario, quien fue director de la extinta Agencia Federal de Investigaciones del 2000 al 2006, también tiene un proceso por unos contratos firmados durante el gobierno de Calderón con empresas privadas para construir y prestar servicios a reclusorios federales, los cuales han sido cuestionados por el presidente López Obrador y otras autoridades sosteniendo generaron daños patrimoniales al Estado. Asimismo, García Luna enfrenta otras dos investigaciones por enriquecimiento ilícito. Hay una demanda en una corte de Estados Unidos en contra de 39 empresas y fideicomisos en donde participaba García Luna o sus allegados. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México, encargada de investigar lavado de dinero, interpuso la demanda el 21 de septiembre de 2021 en Miami. La agencia calcula el monto aproximado a reclamar por contratos públicos ligados a dichas compañías en 700 mdd.
La narrativa de los fiscales, a lo largo de este juicio, ha pretendido convencer a periodistas y observadores de la culpabilidad del ex secretario. Sin embargo las narrativas son de gran fantasía. Está de Sergio Villarreal Barragán “El Grande”, un ex policía federal perteneciente al Cártel de Sinaloa, quien aseguro que un día se llevó 14 millones de dólares en cajas de cartón de una bodega repleta de cocaína incautada al Cártel del Golfo y entregado al grupo de Sinaloa. De acuerdo con este criminal, la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), bajo el mando de García Luna, fue la corporación policial más cercana al Cártel de Sinaloa y su cooperación fue indispensable para hacer crecer su negocio y debilitar a sus rivales.
Jesús “El Rey” Zambada, hermano de “El Mayo” Zambada, quien hasta antes de su detención en 2008 era uno de los máximos líderes del Cártel de Sinaloa a cargo del flujo de drogas a través del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, sostuvo fue a finales de 2006 cuando organizaron dos reuniones con García Luna en el restaurante Campos Elíseos en Reforma y que le pagaron 5 millones de dólares en sobornos a cambio de su apoyo. “El Rey” reiteró él entregó personalmente el dinero.
“El Rey” aseguró también haber pagado tres millones de dólares a Gabriel Regino cuando éste se desempeñaba como Subsecretario de Seguridad Pública en el gobierno de la CDMX, jefaturado por Andrés Manuel López Obrador. El narcotraficante mencionó al abogado Regino, quien llegó a la SSP capitalina en 2002 invitado por el entonces jefe de esa dependencia, Marcelo Ebrard, durante el gobierno de López Obrador. En 2018, durante el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Zambada había declarado le pagó sobornos tanto a Genaro García Luna como a un colaborador del gobierno capitalino al que había identificado como Regino.
El ex fiscal de Nayarit, Edgar Veytia, sentenciado a 20 años de prisión en la misma corte y quien busca una reducción en su condena, detalló: García Luna y Calderón Hinojosa le pidieron al ex gobernador Ney González apoyar a “El Chapo” en la disputa sostenida con los Beltrán Leyva. Oscar Nava Valencia, “El Lobo”, quien dirigía el Cártel del Milenio, una organización criminal aliada al Cártel de Sinaloa, declaró ante el jurado recibió García Luna millonarios sobornos en distintos momentos de parte del crimen organizado. Habló de la entrega al acusado de 15 millones de dólares en efectivo.
Tirso Martínez “El Mecánico” relató las enormes cantidades de cocaína transportadas desde el centro de México hasta el noroeste de Nueva York prácticamente sin ser detectados, gracias a la colusión de las autoridades involucradas. Miguel Madrid, un agente especial de la DEA, sostuvo se encontró en 2011 con Sergio Villareal “El Grande”, y este le dijo tenía información de la colaboración y cercanía de Genaro García Luna con el crimen organizado y quería compartirla. El narcotraficante Alex Cifuentes, afirmó haber pagado un soborno de 100 millones de dólares al ex presidente Enrique Peña Nieto en 2012
Desde el inició del juicio a Genaro García Luna, el presidente Andrés Manuel López Obrador aprovechó la situación para beneficiarse políticamente y, al mismo tiempo, golpear a sus adversarios, especialmente al ex presidente Felipe Calderón, a quien acusa de robarle las elecciones presidenciales en 2006. Se ha referido constantemente al caso en sus conferencias mañaneras. Si se llegara a encontrar culpable al ex secretario de Seguridad Pública en la Corte de Brooklyn, sería muy afortunado para el macuspano y su discurso anticorrupción. Pero aún falta para bajar el telón de éste escenario.
DE LOS PASILLOS
En pleno día del amor y la amistad, siguió la confrontación entre Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y “corcholata” presidencial, con la ex embajadora de México en Washington, Martha Bárcenas. “Siempre me engañó”, dijo la diplomática al confirmar lo revelado por Mike Pompeo, quien fuera Secretario de Estado en el gobierno de Donald Trump, revelando la aceptación del canciller al acuerdo en el cual se dio paso al polémico programa “Quédate en México” y le pidió mantener el secreto. “Hay que ver cuáles eran las ambiciones personales de Ebrard, porque para él, y creo que ahorita la realidad nos lo demuestra, lo único importante ha sido el ser candidato a la presidencia y convertirse en presidente. Y todas las demás decisiones estaban sujetas a esa, a esa ambición personal”, declaró en una entrevista. Marcelo Ebrard haciendo uso de la fuerza del Estado, con la figura presidencial como sombra, respaldándolo, respondió en la conferencia mañanera: “la embajadora se ha dedicado, desde que dejó su cargo, a calumniarme en todos lados donde ha podido. En un rencor obsesivo, diría yo”… ¿Ya vio la otra pifia del gobierno ahora con relación al maíz?
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