La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El qué esté libre de toda culpa que se placee en Nueva York
Al margen de los años de prisión que le endilguen, al encontrarlo culpable de cinco delitos, la sentencia a Genero García Luna, tiene un impacto múltiple, al menos en tres pistas.
Por un lado, el propio señalado, cuya estrategia inicial de buscar ser declarado inocente se descarriló, ahora, sus abogados buscarán impugnar, sin embargo, el escenario no parece favorable a su causa, el otrora hombre fuerte del calderonato, es el hilo conductor para llegar a peces más gordos, por lo tanto, lo llevarán, aún más, contra las cuerdas.
En segundo término, Felipe Calderón, sale con una imagen muy deteriorada. Al sambenito de llegar al poder mediante un fraude, se le suma el descrédito por ignorar, en teoría, las actividades de quien fuera su brazo derecho. Es imposible creer que no tuviera información.
Si el michoacano es llamado a cuentas, ya se verá, por lo pronto, en el imaginario colectivo, ya fue juzgado: de entrada, es responsable moral de los actos de su subalterno, amén de que más adelante, los fiscales neoyorquinos encuentren algún tipo de complicidad. En pocas palabras, su paso a la historia será por la puerta trasera…haiga sido como haiga sido.
En tercer lugar, ciertos personeros de la 4T, se deberían comportar con mesura, la investigación contra García Luna comenzó en 2010 y detonó en diciembre de 2019, por lo cual, no es descabellado que, en estos momentos, se estén desarrollando investigaciones contra las futuras ‘reses’.
Así como, periodísticamente se probaron las tropelías del aludido, en la actualidad ya existe evidencia, bajo el mismo mecanismo, contra más de un prohombre. Tómenlo con calma.