Para honrar la trayectoria de más de seis décadas de la artista Ángela Gurría, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) realizaron un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, donde se congregaron familiares, amigos y colegas de la escultora.
Integrantes de la familia trasladaron la urna con las cenizas de la creadora artística al interior del recinto, acompañados por la subsecretaria de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura federal, Marina Núñez Bespalova, y la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López.
Ante la urna dorada que fue colocada en la plancha principal del Palacio de Bellas Artes con las cenizas de la artista fallecida el 17 de febrero de 2023, su hijo Emilio Javelly Gurría, Marina Núñez Bespalova y Lucina Jiménez López acompañaron la primera guardia de honor a la memoria de esta gran escultora mexicana. Continuaron amigos, asistentes y familiares de la artista: sus hermanas Rosa María y María Gurría Davó, así como María José, Antonio y Marcela Rivera Javelly, Jimena Santiago de Javelly, Andrés y Mariana Javelly Martorell e Isabella Javelly Santiago.
Con la representación de la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, la subsecretaria Marina Núñez afirmó que Ángela Gurría fue una artista que por más de 60 años participó en la conformación y renovación del lenguaje plástico del arte mexicano.
“El interés por la escultura se había despertado en ella siendo muy joven, al escuchar el sonido del cincel contra la piedra producido por los canteros que trabajaban en una construcción al lado de su casa en Coyoacán, un sonido que le resultó fascinante”, dijo la funcionaria al rememorar las dos características seminales de la relación de Ángela Gurría con la escultura.
En el máximo recinto cultural de México, Núñez Bespalova mencionó que con Ángela Gurría “se recuerda la gran tradición escultórica que posee México y de la cual, gracias a su fino, dinámico y audaz lenguaje, nos legó monumentales trabajos que son parte del espíritu de diversos rincones del país”.
Agregó que la escultura sembró en ella una relación indisoluble entre la música y la escultura, el ritmo y el espacio, y la citó con la frase: “Trabajo la piedra por oído”. Mencionó que el profundo amor de la escultora por la cultura mexicana ha dejado huella en las ciudades más importantes del país: “A través de geometrías ascendentes, metafísicas y monumentales, Ángela Gurría transformó la escala y los modelos, y se adaptó a los tiempos modernos donde las mujeres lucharon con firmeza para hacer reconocible su trabajo artístico”.
Testimonios de una gran amistad
Al agradecer a las autoridades de la Secretaría de Cultura federal y al Inbal el homenaje, Emilio Javelly Gurría, hijo de la escultora, dijo que a Ángela Gurría no le gustaba ser personaje público. A lo largo de su vida dio pocas entrevistas y decía que si querían saber algo de ella ahí estaba su obra. A pesar de nunca querer publicidad ni reflectores, con su trabajo fue abriéndose camino.
Mencionó que en los cuadernos de trabajo de la creadora encontró la siguiente reflexión: “Quiero aferrarme a la frase que me dijo Juan O’Gorman: ‘Hasta que me decidí a ser un artista sin importancia, fui feliz’. Si pudiera yo lograr eso, quererme sin importancia. Pero cada vez que tengo material en mis manos, me siento importante, más de lo que debería”. Esas eran las dos facetas con las que tuvo que lidiar.
Compartió que a partir de 2013 Ángela Gurría comenzó a organizar su archivo y “fue tomando para mí una nueva dimensión; la redescubrí como artista y comprendí lo que la gente veía en ella: su talento, su obra, su sensibilidad. Ángela Gurría ha partido, pero seguirá activa en cada una de sus obras”.
Como parte del homenaje, tomó la palabra la promotora cultural Miriam Kaiser, quien recordó “a la amiga, a la luchadora feroz, quien siempre estuvo a contracorriente y fue gran activista en numerosos frentes”. Afirmó que Gurría deja un legado extenso, importante, a la vista de quien quiere verlo y admirarlo, con sus esculturas urbanas, en numerosos acervos de museos y de colecciones privadas. Además de obtener numerosos reconocimientos, fue la primera mujer en ingresar a la Academia de Artes. Comentó también que su amor primordial fue la familia, desde luego, pero también ese apego a la naturaleza, árboles, plantas, montañas y animales de todo tipo y todo tiempo.
A su vez, en voz de la actriz Ofelia Medina, la pintora Carmen Parra expresó: “Hoy 23 de febrero de 2023 recordamos el poema de tu amigo Rubén Bonifaz Nuño en el libro El corazón de la espiral, que le dedicó a Ángela Gurría: ‘Artista de lumbre, sed, reflejos; rito de iniciación, su canto en los ojos táctiles, haciéndose cristalina bajo el solemne peso de las sombras femeninas del ángel; el ángel, ella misma’”.
Luego expresó: “Es un honor despedirte aquí, Ángela Gurría. Tu obra representa la trascendencia de la creación, la esencia del arte. En el silencio de tu creación se escuchan los ecos del universo. Ángela, mensajera de la piedra y de la luz, la escultura. Tu trayectoria es heroica. El testimonio que nos dejas es una obra donde está contenido todo un dios mineral. Tus creaciones son poesías congeladas en el tiempo. Tu obra representa la esencia de este país volcánico siempre en erupción, donde los dioses emergen a cada paso”.
A manera de un sentido poema, la actriz dijo a nombre de Parra: “El tiempo guardará tu huella. Tu legado, canto a la vida, nos deja una huella imborrable. Tu esfuerzo se ve coronado hoy al estar aquí en el corazón de México, el Palacio de Bellas Artes.
Por su parte, el historiador de arte Luis Martín Lozano afirmó que Ángela Gurría fue la gran artista de la escultura en México y una presencia medular para entender las transformaciones de las estéticas en nuestro país. “Ella es el enlace exacto entre nuestra modernidad y nuestra vivencia contemporánea; es ella en su trabajo quien nos transita al mediar el siglo, pero Ángela para mí es mucho más que la artista”.
En el acto se informó, asimismo, que la obra de Ángela Gurría, trabajada con las más diversas técnicas y materiales, será tema de una exposición retrospectiva que se exhibirá en el Museo del Palacio de Bellas Artes en 2024, como una prolongación del homenaje que se rinde a la reconocida escultora mexicana, galardonada con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de Bellas Artes, en 2013, y la Medalla Bellas Artes en 2015.
En el homenaje, el Cuarteto de Cuerdas de la Orquesta Sinfónica Nacional interpretó obras de Wolfgang Amadeus Mozart, Manuel M. Ponce, Pietro Mascagni, Juventino Rosas, Macedonio Alcalá y Antonio Santoyo.
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