DE LINDES
El régimen de Daniel Ortega en Nicaragua parece que cada vez está más solo contra el mundo, ya que día a día se ha ido aislando y Rusia, que solía ser su aliado más poderoso, hoy no se encuentra en posibilidades de atender más que sus propios temas.
Por eso muchos se han cuestionado si el dictador nicaragüense tiene algún problema mental que no lo hace comprender la gravedad de sus actos y de la situación en la que está sumergiendo a su país, y el último en expresar su preocupación fue el Papa Francisco, quien en días pasados dio una entrevista en la que planteaba la posibilidad de un desequilibrio en el dirigente de Nicaragua, además comparó su dictadura con el régimen de Hitler.
Esto debido a que en días pasados el Obispo Rolando Álvarez fue sentenciado a 26 años de prisión, después que que se negara a auto exiliarse en Estados Unidos, junto con el resto de presos políticos que fueron liberados en la nación norteamericana, lo que desató la furia de Ortega, por considerar que esto era una sublevación que retaba su poder y fue así que decidió que el Monseñor estaba cometiendo el delito de traición a la patria y definió cuál sería su condena, provocando así la indignación internacional que no se ha cansado de exhortar al dictador centroamericano a reconsiderar su postura, pero Ortega parece no interesarse por ninguna opinión que contradiga su posición.
Como consecuencia a las declaraciones del Papa Francisco, el gobierno de Ortega dio a conocer la suspensión de relaciones diplomáticas con El Vaticano, sumando esta nación a los otros 13 países con los cuales Nicaragua, ha roto relaciones a lo largo de los 16 años que el exguerrillero se ha aferrado al poder, por lo que seguramente con el paso del tiempo, nuevas naciones se seguirán sumando a está lista, sobre todo si tomamos en cuenta que las decisiones políticas de Ortega, cada día se vuelven más erráticas y más países son los que se muestran preocupados por lo que sucede dentro del país centroamericano, preocupación que parece tener sin cuidado a Ortega, quien parece no comprender las palabras del Papa Juan Pablo II, que dijo; “Por más poderoso que sea un dictador, solo es un hombre”.
JESSICA WOOLRICH