La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En el marketing político funciona igual: hay que crear una necesidad y luego…satisfacerla
A diferencia de Rocío Nahle, que se encuentra entrampada con el asunto de la refinería de Dos Bocas, Sergio Gutiérrez Luna, se dedica a recorrer el estado de Veracruz, con el objetivo de construir y afinar una red de operadores político-electorales.
Además de lo anterior, el diputado registra en sus giras, los principales problemas que agobian a las y los veracruzanos, para con ello, si las cosas le funcionan, impulsar una agenda legislativa que sea el motor del necesario cambio en la entidad.
Así pues, la intención del istmeño es bosquejar un plan estatal de desarrollo, con viabilidad para resolver los fenómenos más perniciosos que abruman a la ciudadanía, sobre todo, en temas como la inseguridad y el desempleo.
En este contexto, Gutiérrez no espera, en el confort del despacho, que la candidatura le sea otorgada, sino que, haciendo trabajo terrestre y mediático, se posiciona en el imaginario colectivo para acumular capital político y, en su momento, plantear al mandamás de la 4T lo que es obvio: que se designe al que lo electores requieran.
El tiempo juega a favor del susodicho, ya que, lo que en un principio fue una gran distinción para la señora Nahle, supervisar la construcción en Dos Bocas, se ha convertido en un obstáculo que puede echar por tierra sus aspiraciones de gobernar Veracruz, la zacatecana no ha podido salir bien librada del tema.
Pasando las elecciones en Coahuila y el EDOMEX, comenzará la definición de los candidatos para el 2024 y, parafraseando al clásico, diremos que la candidatura es de quien la trabaja.