Héctor Calderón Hallal
Ese ‘brand’, que algunos individuos con atributos de liderazgo poseen, se ha puesto de manifiesto de nuevo en dos movimientos largamente calculados por el exgobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, a quien cariñosamente su corriente social y afectiva le llama ‘MaLoVa’, en alusión a la abreviatura de sus nombres y apellidos.
López Valdez solo tuvo que venir a la Ciudad de México, sin acompañamientos, como un empresario preocupado por su país que es y como producto de esa clase media sinaloense y mexicana, para concentrarse en el zócalo capitalino a finales de febrero y corear consignas en la defensa del INE, en compañía de muy contados amigos y excolaboradores.
Y con esa misma discreción y prudencia, hacer uso de una oratoria muy propia en él, que hacía mucho tiempo no se le escuchaba, dado que realmente ha estado ajeno a los temas políticos nacionales y locales de su tierra, atendiendo sus negocios de los cuales vive desde siempre y dan sustento a decenas de familias en Sinaloa.
Malova vive en una honrosa medianía, que comparte generosamente cada vez que puede con los necesitados… al suscrito le consta.
Malova habló en corto a sus amigos terminado el evento cívico y político, con un lenguaje claro y llano, muy propio de los grandes oradores y comunicadores que con tres palabras dicen lo que ocuparían otros con 25; que habla con la sencillez de un niño… pero con la profundidad y la chispa de un viejo maestro. Es un “don”, dicen en Sinaloa… probablemente. Lo cierto es que hasta para decir “No hay que buscarle chichis a las culebras”, hay que tener la gracia, la puntualidad y la picardía necesarias, que solo se adquieren a través de dos grandes vías, una de ellas innata… otra, adquirida como disciplina: el talento y el trabajo.
Mucho talento y mucho trabajo para conocer muy bien antes a quien te está escuchando; para aprender a escuchar primero al que te escuchará después; para decirle al auditorio en 10 minutos lo que se podría redondear en dos horas de peroratas y balbuceos… mucho talento y mucho trabajo, para poder sintetizarle al oyente todo una bagaje de historias de una vida intensa; algunas de sufrimiento, de injusticias y otras más de satisfacciones y logros, pero no por ello fácil;… mucho talento y mucho trabajo para encontrar en una intervención cualquiera, un inicio que impresione… y un final que inspire.
Porque un buen discurso no es resultado solo de una semántica implacable, ni de una dialéctica impecable… sino de una vida de aprendizajes, no todos adquiridos de los libros, sino de la experiencia misma.
Bien lo dijo Winston Churchill, el gran estadista, escritor y político británico: “Se ocupan muchas horas para preparar un buen discurso improvisado… porque implica mucho más tiempo un buen discurso de 10 minutos, que una intervención formal de más de dos horas”.
Pero volvamos a nuestro personaje, el exgobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, Malova, para recapitular que tuvo una vida cuya niñez fue precaria, de mucho sacrificio económico en el campo sinaloense, en su poblado natal, llamado Cubiri de la Loma, en el municipio de Sinaloa, donde empieza la Sierra Madre Occidental.
Su riqueza o bonanza empresarial en su cadena de ferreterías –antes de dedicarse a la política- la construyó a golpes de constancia y disciplina… y donde recibió también el joven Mario López Valdez, muchas “cornadas de la vida”.
Hay que reconocerle al exgobernador de Sinaloa (2010-16) surgido de una coalición (PAN-PRD-Convergencia-PT), que ganó con 576, 431 votos, la elección local de aquel 4 de julio de 2010, al millonario empresario Jesús Vizcarra Calderón.
Sus orígenes siempre estuvieron en el PRI, partido por el que fue alcalde de Ahome (Los Mochis), Secretario de Desarrollo Social estatal en el gobierno priísta del entonces gobernador Jesús Aguilar Padilla (recientemente fallecido); y senador de la República, haciendo una mancuerna imbatible con el también exgobernador Francisco Labastida Ochoa.
Hoy por hoy, este personaje político de la sociedad mexicana, Malova, está de regreso a la vida pública y en Sinaloa, inspira ya desde hace varios días las más diversas hipótesis y especulaciones en charlas de café y sobremesa en restaurantes, cafés y domicilios particulares de los sinaloenses, porque se piensa que él podría encabezar una estrategia de unidad del PRI y de la Alianza Opositora, para levantarse contra Morena, no obstante que algunos de sus más connotados seguidores están incrustados en el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, como lo es el alcalde de Ahome (Los Mochis), Gerardo Vargas Landeros, quien fuera su secretario General de Gobierno.
Le ha “puesto sabor al caldo”; ha quitado lo aburrida, lo monótona y hasta trágica, que se había vuelto la política en los tiempos estelares de la “4T” en Sinaloa y sin lugar a dudas, en el país entero.
Con un gobernador como Rubén Rocha Moya, Sinaloa y su sociedad están confinadas a una crisis de gobernabilidad, de inestabilidad social indefectibles, conforme avance el tiempo: está llevando al Gobierno del Estado a un choque frontal –ciertamente- con la mafia política que controla desde hace algunos lustros a la Universidad Autónoma de Sinaloa; que sí requiere que sea ajena al control de grupos políticos y empresariales de dudoso origen, pero cuyo tratamiento al problema, debe resolverse con mucho tacto y planeación; quizá no lo resuelva Rocha Moya en un solo sexenio. Y este es solo uno de los numerosos problemas de gobernabilidad que se le avizoran al gobierno de aquella entidad, que solo se dedica a reproducir el afán polarizador y divisionista al interior de la sociedad; un gobierno –el de la 4 T- que sabe que solo dividiendo a la población, podrá obtener “los números que necesita” para permanecer en el poder. El caso de la Universidad Autónoma de Sinaloa, se parece mucho a lo que sucede en la Universidad de Guadalajara (U de G) y a lo que sucedió en la Colima y en la de Hidalgo.
Se ocupan liderazgos en todo el país, así como el de ‘Malova’ en Sinaloa; y si no los tenemos, hay que crearlos… hay que reactivarlos.
Gente que sepa dirigir al pueblo mensajes con alma… gente que sepa de lo que habla, porque lo ha vivido… porque lo ha padecido.
Individuos con liderazgo que cuyo solo nombre implique escenarios y posibilidades al partido que sea. Lástima que René Juárez Cisneros haya fallecido y que Humberto Moreira, haya caído en desgracia por sus errores cometidos como Gobernador de Coahuila, porque ambos mostraron liderazgos populares admirables en su tiempo. Ese tipo de gentes se requiere, con gran talante, para mover a las masas.
‘Malova’ por ejemplo, sin haber hablado absolutamente con ningún dirigente nacional partidista aun, ya despierta el afán de reagruparse a sus opositores naturales, que los tiene y sobre todo en el sur del estado de Sinaloa, donde la influencia del exgobernador Quirino Ordaz Coppel está aun fresca; aquel que trocó su integridad y su militancia partidista… por una Embajada.
Y se habla de un Estado que puede polarizarse en términos de preferencia, en el caso de que ‘Malova’ haga buenos nuestros pronósticos y encabece, cubriendo con pragmatismo los trámites normativos a que haya lugar, la fórmula para el Senado de la República por parte de la Alianza Opositora PAN-PRD-PRI en el 2024, para enfrentar al eventual e hipotético candidato al Senado, por la Coalición Oficialista Morena-PVEM-PT, Quirino Ordaz Coppel, cuando le llegue la hora de “pagar la factura” de su Embajada. Sin embargo, seguramente que el Gobernador Rocha Moya se opondrá al regreso de Quirino Ordaz en busca de la senaduría y hará todo lo posible porque la fórmula morenista la encabece el secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez o el lider parlamentario local, Feliciano Castro Meléndrez… más alguna de las mujeres luchadoras que tiene Morena.
Y cuidado, porque en un comparativo justo e imparcial, “kilo por kilo, libra por libra”… Malova es mucha más pieza (mucho más candidato en la calle) que el tránsfuga Quirino Ordaz o que cualquiera de los candidatos de Rocha.
Pero… ¿Se decidirá Malova a volver por sus fueros, soportando la crítica ácida de sus enemigos y detractores de la nueva mafia del poder, que tiemblan tan solo al imaginarse su regreso?.
¿Se atreverá Malova de nuevo a convertir esa corriente afectiva que intenta reconstruir, en toda una corriente social y política (ciudadana) como la que lo llevó al poder en 2010?
Lo veremos pronto… lo del supuesto y manejado atentado ocurrido ayer en Los Mochis, puede ser desde ahora, un “calambre” para intentar que nuestro personaje se ponga nervioso y decline en sus afanes legítimos; pero, de cualquier forma habrá que estar pendientes, no vaya a ser que el diablo quiera afectar a este gran hombre.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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