Por Claudio De la Llata
Para nadie ha sido un secreto, que Andrés Manuel López Obrador, quiere tener el control absoluto de los órganos electorales, para lo cual ha llevado a cabo una serie de políticas fallidas, con el fin de hacer ganar a la buena y a la mala, a los partidos que forman parte de la 4T.
Para el fin mencionado, primero hizo su plan más descarado: el plan “A” las famosas reformas estructurales de todos los organismos fundamentales, alternos, paralelepípedos, anexos, conexos y similares de sistema electoral nacional; su proyecto por obvio y grosero falló, por lo que tuvo que salir con una cantaleta de ahorro que nadie cree, y nunca logró juntar el 60 por ciento de los votos de los diputados.
Luego siguió el plan “B” este era un plan con una serie de reformas a las leyes secundarias, regulatorias, reglamentarias y administrativas, en las que se incluye la disminución de carácter empobrecedora de los ingresos del INE, misma que fue combatida y refutada con éxito, por muchos personajes involucrados en la vida electoral y pública de México.
Tras el rotundo fracaso del plan “B”, vino el plan “C” que consiste objetivamente en colar a sus incondicionales al consejo general del INE, para ningunear y mangonear la mesa principal de trámite del INE a favor de la 4T y los candidatos de los partidos involucrados con MORENA, para de esta manera poder de todos modos tener control, ya nada más de alguna manera de los organismos electorales; su proyecto fracasó nuevamente y ha empezado a fraguar, el proyecto que vamos a dar a conocer en ÍNDICE POLÍTICO antes que nadie en todo el país.
Plan “D”
Este plan que ahora pondrán en marcha desde palacio nacional y Bucareli, busca reformar la ley orgánica del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de poder borrar del mapa a los actuales magistrados de las salas regionales, y de la sala superior, para lograr mangonear los fallos que por impugnaciones pudieran presentarse, en los comicios en la elección del 2024 y que todos sean a favor de los candidatos de la 4T.
Para ello su plan es hacer una serie interminable de reformas a las leyes secundarias, reglamentarias y administrativas del TEPJF, con el fin de inducir nombramientos de magistrados, que se identifican claramente con el proyecto de López Obrador, para que sean ellos quienes fallen a favor de los partidos de López Obrador, y de todos modos tener el control de los órganos electorales.
Hay que decir que se puede atisbar, que en el horizonte de México hay un intento de una dictadura de partido, manejada por un directorio de notables de la 4T, con el fin de prolongar esta administración, más allá del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, sin que esto quiera decir que lo va a lograr.
Su gran fracaso en éste nuevo plan (el plan “D”), se va a derivar en que la reforma a la que quieren sujetar al TEPJF, depende de la inminente reforma del Poder Judicial de la Federación, asunto para el que estará sujeta primordialmente a una reforma de carácter constitucional, misma que será imposible, pues los autos del derecho no le van a permitir la reforma que busca el presidente de México.
De este modo, transita el último intento de controlar descaradamente las elecciones y sus resultados, generando enojo y desesperación entre los prosélitos de MORENA, que ven con tristeza, que su líder máximo, no ha podido torcer las leyes para favorecer la perpetuación de su gobierno más allá del 2024.
Finalmente basta decir que todo parece estar perdido para la 4T; sin embargo, el riesgo lejos de disminuir aumenta, pues a medida de que se van perdiendo las posibilidades para instrumentar una dictadura de partido como en China, la tentación del auto golpe de estado y otros escenarios funestos, aumentan; pues lejos de mostrar una vocación demócrata Andrés Manuel López Obrador, ha mostrado ganas de perpetuarse y de poner un directorio a gobernar, bajo sus órdenes incondicionales, para romper con la tradición democrática de México y regresándonos a un pasado cuya instrumentación es moralmente inadmisible…