Por Mouris Salloum George
La condición de la niñez en México enfrenta un panorama desolador. El riesgo mayor y brutal es el infanticidio vil, sin duda. Así lo reportan las noticias recientes: “Asesinados, 350 niños en la GAM”, fue la nota principal del diario ¡Basta! -medio capitalino, abril 01-23-, que se refirió únicamente al saldo criminal de cuatro años en una sola alcaldía – la Gustavo A. Madero, de 16 que integran la jurisdicción de Ciudad de México. En otro periódico: “La pobreza mata a hijos de jornaleros -El Universal, abril-04-23-”. Esas y otras notas motivan este editorial.
Atentar contra los más indefensos de la sociedad no es humano. Por omisión o comisión se victimiza a los menores. Hay leyes que los protegen, pero reina la impunidad, mientras el problema se agiganta.
Las notas aludidas solo son la punta del iceberg. Los niños mexicanos están bajo ataques cotidianos y persistentes: creciente violencia física o psicológica intrafamiliar, acoso en guarderías y escolar (no pocas veces de los propios maestros); asimismo, por internet; amenazas a su seguridad pública (robos y secuestros para prostituirlos o sustraerles órganos; para mendicidad y trabajos forzados); exposición a publicidad engañosa de bebidas y alimentos chatarra; exposición al bombardeo mediático de antivalores, como la violencia extrema y la “sexualización” prematura.
La forma de “asesinar” a los niños no solo es física. También lo es descuidarlos y atacarlos en sus derechos.
Las limitaciones presupuestales son atentatorias contra su sano desarrollo, son inaceptables y debieran ser punibles.
Los costos son elevados. De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial: “En América Latina y El Caribe -México incluido- podrían dejar de ganar 2.1 billones de dólares, por perdidas en aprendizajes, capital humano y productividad”, según Mark R. Thomas, director de esa institución para México, Venezuela y Colombia.
Según el Índice de Pobreza de Aprendizaje, 2019 –citado por el funcionario-, el 40% de los niños y niñas de 10 años, no podían leer y comprender un texto corto apropiado para su edad.
Para empeorar todo, apareció el infausto Covid-19. Millones de menores fueron recluidos en sus modestos hogares sin la infraestructura mínima para las clases a distancia y expuestos a la violencia en el hogar.
A los niños mexicanos de los estratos bajos y medios se los está matando. Valga aclarar que esta situación no es de ahora, pero lo alarmante es precisamente eso, que el problema no se haya atacado frontalmente estando a la vista de todos y en aumento imparable.
Quizás sea esta la peor época para ver la luz por primera vez.