En el marco del Día Internacional del Libro, la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), rememoraron la obra del poeta y ensayista Luis Aguilar (1969-2022) en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
El presídium estuvo integrado por la poeta y narradora Odette Alonso; los poetas Luis Armenta Malpica; el académico Moisés Ortega; el dramaturgo Julio César Toledo, y como moderadora la jefa del Departamento de Formación Literaria de la CNL, Jenifer Balderas.
En su participación, Moisés Ortega destacó la poética del autor, a quien considera una voz muy potente y auténtica por su forma, contenido y autenticidad en sus textos, por lo que consideró que este homenaje es merecido.
Indicó que al autor homenajeado no le gustaban las etiquetas, por lo que su obra podría ser considerada un gran trabajo literario y un regalo para las letras de nuestro país. “La obra del maestro tiene que ser reconocida por todo ese trabajo poético; él vivía para escribir y su vida misma era un acto poético.
Julio César Toledo subrayó la capacidad de exploración, el rigor literario y la frescura que existe dentro de toda la obra de Luis Aguilar, quien, además, fue su amigo. También contó algunas anécdotas personales de ambos y leyó algunos poemas del autor.
“Es importante destacar el rigor con el que siempre escribió, que nunca estuvo peleado con la frescura y eso es notable porque logró tener en todos sus libros un lenguaje muy fresco y asequible; un primer lector puede acceder a sus textos con mucha facilidad y engancharse con la literatura, pero, al mismo tiempo, todos son unos libros rigurosamente escritos. Con mucha técnica, con muchos referentes”, manifestó.
Toledo reconoció que este homenaje póstumo le pareció un poco doloroso por la reciente partida del escritor, pero indicó que es la mejor manera de recordarlo y de acceder a un escritor de primer nivel.
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“Todavía le hacían falta años para consumar su literatura, pero creo que la obra y el pensamiento que deja, habla de una obra madura y creo que traerlo a estos espacios —el Palacio de Bellas Artes— consolida de alguna manera esta voz de la tradición literaria mexicana”, dijo.
Durante su participación, Odette Alonso definió a Luis Aguilar como uno de los mejores poetas contemporáneos de México y subrayó su labor como antologador, cuyo trabajo en este rubro consideró fundamental.
“Hizo una antología, la más importante y la más abarcadora en cuestión de diversidad, llamada Ese gran reflector encendido de pronto. Antología general de poesía de la diversidad en México 1919-2019 (2019); su último libro fue Cuba next door. Canon y apuesta a la poesía cubana (2022), antología de la poesía contemporánea cubana por lo que considero esa labor de Luis, como antologador, fundamental”.
“En primer lugar, dentro de su obra hay muchos elementos de muy buena poesía, pero también hay elementos de jugueteo. Él era un poeta muy experimental también, entonces hay libros en los que va jugueteando con las formas clásicas, con el lenguaje, tenía mucho sentido del humor y lo reflejaba, sobre todo, en las formas de ironía y sarcasmo”, comentó.
“Como si supiera que no tenía mucho tiempo, Luis no dejaba de escribir, se pasaba las madrugadas escribiendo de todo: poesía, narrativa, crónica y mensajes para los amigos. Hemos tenido una buena vida, repetía constantemente en los últimos tiempos. Siempre estuvo obsesionado con morir joven y lo logró; nunca va a envejecer, tal vez eso nos sirva de consuelo”, concluyó.
En tanto, Luis Armenta Malpica, se refirió a Luis Aguilar como un escritor total, pues abordó la literatura por todas sus facetas y en todas ellas fue sobresaliente. También destacó su obra como cronista, columnista, novelista, narrador, cuentista, traductor y antologador.
“Su labor como traductor es muy importante, porque nos acercó la poesía de Brasil, la poesía joven; también hizo una revisión sobre la poesía cubana, por lo que su trabajo como antologador es también muy importante y eso me gustaría resaltarlo, porque casi todos los escritores nos preocupamos por lo que hacemos nosotros y pocos son tan generosos de preocuparse por lo que hacen los demás”, indicó.
Posteriormente dio paso a la lectura de un texto que preparó para este homenaje, en el que se dijo convencido de que a Luis Aguilar no le gustaban las ceremonias, pero aseguró que el escritor homenajeado estaría feliz.
“Luis Aguilar fue periodista, traductor, narrador y, pese a todo, poeta. No obstante, una de sus facetas menos reconocidas fue su intenso activismo literario, político y social. Él creía en los libros y creía en los derechos de todos”, refirió.
Luis Aguilar nació en Tamaulipas, el 12 de diciembre de 1969. Ejerció la docencia, como profesor de Literatura Contemporánea y Apreciación a las Artes en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Fue becario del Centro de Escritores de Nuevo León en ensayo (2000) y de novela (2003), y colaboró en revistas literarias de México, Cuba, España y Chile.
Entre los reconocimientos que obtuvo están los premios Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2006, el Regional de Periodismo Cultural del FORCA Noreste 2009, el Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén 2010, el Internacional de Poesía Gilberto Owen Estrada 2014-2015 y el Nacional de Poesía Rodulfo Figueroa 2021. Su obra literaria ha sido traducida al inglés, francés, portugués y rumano.
Publicó los libros: Eclipses y otras penumbras (1998); Tartaria (2003); Los ojos ya deshechos (2007); Lateral izquierdo (2011); y Fruta de temporada.
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