La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Alguien tiene que terminar con el involuntario síndrome de Penélope
No cabe duda, los operadores políticos de Cuitláhuac García, han confrontado al gobernador con diversos sectores de la entidad, por decir lo menos, no hay interlocutores válidos para construir consensos en favor de la gobernanza.
El tema no es menor, sobre todo, en virtud de que los procesos electorales concurrentes de 2024 (que inician formalmente en septiembre), serán muy reñidos, por lo que se requiere establecer reglas básicas para todos los actores participantes, es decir, diseñar un acuerdo político que despresurice los potenciales conflictos.
No debemos olvidar que, en las elecciones de 2021, de acuerdo a la consultora Etellekt, hubo 91 políticos asesinados y 693 agresiones, de esta cantidad, Veracruz acumuló 15% de los ataques (de los mismos16 fueron homicidios), por lo cual derivamos que, la urbanidad política, es más que necesaria, no es una ocurrencia.
En este contexto, es indispensable comenzar a tender puentes con todos los partidos, con el objetivo de generar arreglos en aras de acotar las circunstancias que, de alguna forma, contribuyan a crear hostilidad, esto último, no conviene a nadie.
Más allá de que los comicios sean legales, es fundamental que tengan legitimidad y la violencia, provoca el efecto contrario.
Así las cosas, el presidente de la JUCOPO del Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, tiene las condiciones adecuadas, para convocar a todos los grupos de poder e impulsar, un pacto de civilidad y con ello, destrabar lo que, en Palacio de Gobierno, por su beligerancia, no pueden realizar. Veremos que pasa.